La Dirección General de Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana ha dado el visto bueno a la retirada de la Cruz de los Caídos de Callosa de Segura. La inspección técnica del citado organismo considera que el monumento, ubicado frente a la fachada principal de la Iglesia Arciprestal de San Martín, «carece de valores patrimoniales representativos» y dice que «no se vería inconveniente patrimonial a su retirada, sino al contrario, se abundaría en su conveniencia».
El informe que expone dicha conclusión ha sido elaborado teniendo en cuenta que en septiembre de 2016 la parroquia retiró las placas conmemorativas de La Falange, así como la inscripción que aludía a José Antonio Primo de Rivera y el lema «presentes». La eliminación de esos símbolos es precisamente el argumento que ha venido utilizando la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Cruz y el Partido Popular (PP) para pedir que el monumento se quede en su lugar. Consideran que ya no entra en conflicto con la Ley de Memoria Histórica. No obstante, la Dirección General de Cultura y Patrimonio no piensa que ese sea un argumento para conservar el monolito y así se lo ha hecho saber tanto al colectivo vecinal como a la Dirección General de Reformas Democráticas de la Generalitat.
El informe técnico redactado a este efecto señala que la denominada Cruz de los Caídos «carece de valores patrimoniales representativos tanto per se, por su factura y estilo, como composición funeraria y conmemorativa -sin con ello poner en duda la función evocadora que motivó su erección- y, por el contrario, supone una interposición alteradora de la correcta lectura histórica y artística de la iglesia, monumento patrimonialmente reconocido como Bien de Interés Cultural».
Es por ello que se indica que «no se vería inconveniente patrimonial a su retirada, si no que se abundaría en su conveniencia». A este respecto añade que «la carencia de valor patrimonial no significa que no merezca conservarse, sino buscar un lugar más apropiado donde se pueda contextualizar respetando las sensibilidades que su función evocadora despierta».
Dice asimismo que, por otra parte, se observan otros elementos impropios que también inciden negativamente sobre el Bien de Interés Cultural que supone el templo, por lo que procedería su retirada. En concreto «el cableado eléctrico que cruza el espacio público e interfiere visualmente la fachada de la iglesia, y particularmente aquel que se dispone sobre ella para alimentar el foco de iluminación de la hornacina y las farolas fernandinas de brazo, que también deberían retirarse».
Los técnicos consideran además que «la ubicación del monumento conmemorativo altera visualmente la lectura de la fachada tardo gótica de acceso principal a la Iglesia de San Martín, restando protagonismo a la presencia urbana de la portada». Dice además que «no permite ver elementos destacados del paño ciego de sillería de esa fachada, como son los grafiti históricos ni la pequeña hornacina rematada con una venera».
La Dirección General de Cultura y Patrimonio de la Generalitat advierte, eso sí, que las actuaciones que finalmente se propongan llevar en este ámbito, requieren de autorización patrimonial previa, por lo que deberían solicitarse mediante la presentación de una memoria técnica que las defina y que incluya la solución definitiva del espacio público inmediato al BIC
Este informe refuerza la postura del gobierno municipal, formado por el PSOE, EU y Somos, que abogan por la retirada del monumento y su traslado al cementerio o a un museo. Ya lo intentaron tres veces, pero la presión de un numeroso grupo de vecinos lo impidió. Está por ver qué hacen ahora.
