El Ayuntamiento de Jacarilla ha vallado el acceso principal a la parroquia de Nuestra Señora de Belén tras la caída de varios cascotes en los últimos días desde el campanario, a una altura considerable. Los bomberos actuaron el pasado martes, a requerimiento de la alcaldesa del municipio, para asegurar este centenario templo y evitar que puedan caer más cascotes. Los efectivos desplazados retiraron algunos elementos que corrían el riesgo de desprenderse. Un técnico del ayuntamiento ha elaborado un informe sobre su estado y las conclusiones son alarmantes, ya que el funcionario alerta de la peligrosidad del voladizo del campanario, que amenaza con venirse abajo completamente ya que está rajado. La primera decisión del consistorio ha sido la de vallar la zona y el acceso principal a la iglesia, que ahora debe hacerse por el lateral, en un mes donde las celebraciones por bodas y comuniones son numerosas.

La alcaldesa de Jacarilla, Pilar Díaz, señaló a este diario que el informe lo va a remitir al Obispado, ya que el templo es de su competencia, tras haber sido donado por el Marqués de Fontalba hace 40 años a la Diócesis Orihuela-Alicante. «Sé que el Obispado no va a intervenir así que seremos nosotros los que actuaremos rápido para instalar un andamio y una malla para evitar más caídas de cascotes», indicó Díaz.

BIC

La parroquia de Nuestra Señora de Virgen de Belén está incluida dentro del proyecto de Bien de Interés Cultural (BIC) que tramita el Ayuntamiento, junto a los jardines y el palacio del Marqués de Fontalba. «Una vez se declare BIC sumirán las administraciones el mantenimiento, también de la iglesia, porque ahora dependemos del Obispado», dijo la regidora. El proyecto pretende contar con todas las administraciones y ayer mismo se dirigió la regidora al presidente de la Diputación, César Sánchez.