La empresa que gestiona las salinas de Torrevieja, la francesa Groupe Salins, espera obtener en la nueva campaña, que acaba de arrancar, una producción de más de 400.000 toneladas de sal, lo que compensaría en cierto modo las pérdidas que ha tenido este año debido a las lluvias torrenciales y que obligaron a la salinera a «importar» 31.000 toneladas de sus explotaciones en Túnez y también comprada a las salinas de Ibiza ya que la demanda superó a la oferta.

La producción en la campaña que finalizó el pasado mes de junio se quedó finalmente en 330.000 toneladas. Una cifra muy por debajo de las previsiones que gestionaba la mercantil al inicio de la temporada que eran casi el doble, unas 600.000 toneladas de sal. «Hemos tenido pérdidas importantes debido a las lluvias de diciembre y enero ya que al subir el nivel del agua de las salinas nos fue imposible extraer sal», explicó a INFORMACIÓN el responsable de Seguridad y Medio Ambiente de Salins España, Pedro Ángel García.

Las importantes precipitaciones que dejaron cantidades grandes en el sureste peninsular a finales del pasado año y principios del actual, provocaron una subida del nivel de agua en las salinas de Torrevieja de medio metro, lo que impidió que las máquinas que habitualmente se encargan de extraer la sal del fondo pudieran entrar en la laguna, lo que derivó en un déficit del producto estrella de Torrevieja en uno de los peores años de su historia. La sal que se pudo recoger fue la de las orillas de la laguna, pero esto supone un porcentaje mínimo lo que obligó, como informó este diario, a traer sal desde Ibiza que se encuentra acumulada en las instalaciones para abastecer a los clientes hasta la nueva producción que, ya sí, será de Torrevieja.

Lejos quedan aquellos años en los que era habitual que la producción salinera de Torrevieja llegara al millón de toneladas, como ayer recordó Pedro Ángel García.

La mitad de la producción de sal que se produce en Torrevieja es de mesa. El resto tiene diversos usos para la industria química y, sobre todo, para usar en las carreteras nevadas, siendo los países del norte de Europa los principales compradores de la sal torrevejense que siempre ha tenido muy buena fama en ese cometido.

La empresa arrendataria de las salinas de Torrevieja emplea a unos 80 trabajadores -hace pocos años la plantilla era el doble- que trabajan en dos turnos de 10 horas de lunes a jueves. Todo el proceso se ha automatizado en la mayor productora de sal de Europa. De agosto a junio se extrae el preciado elemento que hace famosa mundialmente a la ciudad.