La reforma del Paseo de La Libertad es uno de los escasos proyectos que el gobierno municipal ha puesto sobre la mesa para cambiar la imagen de la ciudad -otras inversiones millonarias están previstas para renovar infraestructuras que no se ven, como el alumbrado público-. Pero su puesta marcha ya nace con polémica. La Asociación de Comerciantes del Paseo de los Hippies de Torrevieja expresó su «profundo descontento y malestar con las declaraciones realizadas por alcalde» donde explicaba sus intenciones de reformar el Paseo y «donde da a entender que va hacer desaparecer» este mercadillo de productos artesanales y ropa.

Según este colectivo el primer edil ha demostrado la «más absoluta falta de sensibilidad hacia este colectivo», al que, aseguran, calificó como «conjunto de caseteros», en unas declaraciones a la emisora local Torrevieja Radio, y en las que se llega «a alegar que la reforma del mismo se realiza con el fin de conseguir» un «espacio sanitariamente aceptable».

En este paseo hay instaladas unas 160 casetas de madera permanentes, es muy popular e identifica a esta zona de la fachada marítima desde hace 40 años. El paseo fue reformado a mediados de los 70 y casi desde ese momento se han planteado proyectos para realizar una nueva actuación ante la mala calidad de la obra abordada entonces, sin que se haya dado el paso.

Este mercadillo, que antes se instalaba y desinstalaba a diario, se renovó en el anterior mandato del PP con la autorización de la instalación de casetas permanentes. Algo que ha mejorado las condiciones en la que los comerciantes desarrollan su trabajo y el servicio que prestan, pero que ha empeorado las de seguridad en caso de emergencia, genera problemas para la evacuación de pluviales y de imagen, en especial por el efecto «túnel» y «barrera» de las casetas en hilera. Una valla separa el espacio portuario y la bahía del resto del casco urbano. Carece de aseos públicos y los residuos, muchas veces, y en especial en verano, se acumulan en la zona ajardinada del vallado.

La asociación, presidida en funciones por Lola Escudero, explicó que este zoco comercial «es el sustento y trabajo de más de 200 familias desde hace cuatro décadas en muchos casos, y «a los que, como mínimo, se les debe un respeto como trabajadores y como personas». También indican que ante cualquier propuesta de actuación sobre el Paseo de La Libertad, «lugar donde este colectivo ejerce su trabajo, se debe llegar a un consenso entre ayuntamiento y comerciantes antes de anunciar cualquier obra (...) La anterior corporación municipal tuvo la sensibilidad de mejorar nuestras condiciones laborales aprobando la instalación de casetas para que este colectivo no sufriera la precariedad laboral que arrastró durante muchos años. Y añaden que esperan de esta nueva corporación «la sensibilidad suficiente como para incluirnos en cualquier proyecto o reforma que se realice en este paseo» y «creen en contraposición a las palabras del alcalde, que la política no es asumir riesgos, ni presumir de coraje, sino que la política debe ser constructiva, debe buscar acuerdos, encontrar el bien de todos y, sobre todo, debe contar con las personas, que en definitiva son las que conforman los pueblos y las ciudades».

Una idea que no es nueva

El concejal de Obras y Servicios, Domingo Soler (APTCe) no comparte el criterio de los comerciantes. El edil aseguró que los puestos se ubicarán en el Dique de Levante y aseguró que «el paseo es el mejor espacio de Torrevieja» y «no tiene por qué estar ocupado por los comerciantes», además de restar importancia al hecho de que el colectivo no haya sido consultado. Soler da por hecho que la Generalitat permitiría la concesión de ese espacio para la reubicación del mercadillo, esa zona no es competencia municipal, y sí de Puertos. Tampoco lo es el propio paseo, situaro en dominio público. Tanto el PP, que llegó a encargar en 2009 un proyecto a arquitectos locales para reubicar el mercadillo también en el dique de Levante, cuando la Generalitat sacó a concurso sin éxito la reordenación del puerto-; como Cs cuestionaron ayer la forma de actuar y el hecho de no contar con los comerciantes.