Estar lo mejor posible... aunque estés en el hospital. Los pacientes ingresados en el servicio de Medicina Intensiva (SMI), que suelen presentar graves (o muy graves) problemas de salud, son el objetivo del nuevo plan de choque del Hospital Universitario de Torrevieja para mejorar la calidad asistencial en el aspecto humano de la relación. Un aspecto que en situaciones de cuidados intensivos en las que el paciente se encuentra permanentemente monitorizado y rodeado de maquinaria de alta tecnología -para control hemodinámico por ejemplo-, con sonidos repetitivos y constantes alarmas de las unidades de críticos, pasa a segundo plano cuando lo fundamental en mantener la estabilidad vital.

Desde que se abrió la puerta del servicio de Medicina Intensiva de Torrevieja Salud «se ha tenido en cuenta este factor humano del cuidado, intentando proporcionar un acercamiento tanto al paciente como hacia las familias, con la flexibilización de horarios de visitas de familiares», según el centro torrevejense. Pero ahora se quiere dar un paso más.

La UCI del Hospital de Torrevieja, que cuenta con 21 plazas, «siempre ha sido permisiva con adecuar los horarios de visita de familiares, personalizándola». Incluso en caso de que el paciente cuente con más de un familiar que quiere visitarlo, permite que se turnen y puedan entrar varios familiares durante las visitas. Y como ejemplo cita Inmaculada Flores, supervisora de la Unidad, la atención de la gran población extranjera que se atiende durante todo el año y cuyos familiares han de desplazarse desde sus países de origen para la visita. «Hemos tenido muchos casos en que la familia ha venido a visitar al paciente a determinadas horas de la madrugada directamente desde el aeropuerto y se le ha permitido el paso, disminuyendo así la angustia y la incertidumbre de las personas allegadas al paciente».

El centro se ha sumado al Plan de Mejora de la Humanización de las Unidades Asistenciales de Pacientes Críticos de la Conselleria de Sanidad que propone una serie de medidas para mejorar la estancia de los pacientes, familiares e incluso de los propios profesionales sanitarios. Son medidas sencillas como la ampliación del tiempo previsto para que las familias puedan ver a sus familiares enfermos, que los boxes estén provistos de relojes calendarios o incrementar en estos espacios la luz natural con el fin de reducir la desorientación y la asepsia ambiental del paciente desde el momento de su ingreso. Especial hincapié se hace en el control de ruidos tecnológicos como el de los pitidos de la maquinaria que ayuda a la atención médica. Y, «siempre bajo la supervisión del personal sanitario», los enfermos podrán tener acceso a sus teléfonos móviles, tabletas, libros o música de ambiente. Además, las tecnificadas salas de cuidados intensivos contarán con decoración para «hacerlas más amables».

Estrés

Los profesionales de la UCI son «plenamente conscientes» de la situación de doble estrés (para pacientes y familiares) que se origina con el ingreso en esta unidad, y de la importación de la información para mitigar la angustia y la incertidumbre de ambas partes. Que el paciente conozca con nombre y apellidos qué profesional sanitario le está atendiendo en cada momento, explicar técnicas o pruebas que se le van a realizar y por qué es necesario practicarlas servirá además para comentar con los profesionales las inquietudes y las dudas que puedan surgir en cada proceso hospitalario.

En el caso de Torrevieja, gracias a las grandes cristaleras y claraboyas, indican desde la UCI, «podemos disfrutar de luz natural la mayoría de horas, permitiendo mantener los biorritmos y facilitando el descanso en horas nocturnas». La maquinaria tiene opciones de modo nocturno, por lo que se puede bajar la intensidad de la luz de monitores para evitar la desorientación de los pacientes.

Asimismo, con la idea de mantener un entorno acústico saludable y un ambiente lo menos bullicioso posible, se ha colocado a su vez un medidor de decibelios con aviso luminoso para suavizar las molestias del ruido ambiental y « mejorar el confort de los pacientes, su recuperación y disminuir el estrés postraumático».

Otra de las medidas estructurales adoptadas pasa por los cerramientos de los boxes, que han pasado de estar separados por cortinas a ser boxes estancos, permitiendo aumentar la intimidad de los pacientes y favorecen mejor descanso. Además para favorecer el ocio de pacientes con estancias de varios días en este servicio, se ha habilitado una baraja de cartas plastificadas para que puedan jugar con sus familiares o, «incluso, con personal del centro en momentos de baja actividad».

También suelen pedir los profesionales del servicio a los familiares que traigan radios para hacer la estancia de los pacientes conscientes más llevadera, se permite la lectura de libros y se les deja utilizar el teléfono móvil para hablar o entretenerse en internet gracias a que se les facilita la clave wifi del hospital. Todo ello para mejorar la calidad de su estancia hospitalaria en un invierno que está siendo especialmente intenso en las UCI de la provincia por la demanda asistencial derivada de patologías respiratorias.

Por otro lado, los profesionales piden a los familiares que traigan un neceser con los enseres de higiene personal de cada paciente. En cada box, el enfermo cuenta con sus propios productos para que se les afeite, hidrate y se les ponga su colonia habitual, explica Sonia Morant, técnico auxiliar en enfermería. Todas estas medidas, «si las condiciones clínicas lo permiten, pueden tener efectos positivos sobre ellos mismos y sobre el profesional, al reducir el estrés emocional y facilitar la cercanía y comunicación de las partes implicadas», explica Cristina Hidalgo, enfermera de la UCI.

Sedación

La adopción de nuevos protocolos de sedoanalgesia permitirá la mínima sedación posible a pacientes bajo ventilación mecánica para disminuir el riesgo de infecciones. «Tenemos pacientes a los que se les realiza múltiples técnicas invasivas, entre ellas la ventilación mecánica con máquinas que implican la intubación para conectarlo a un respirador artificial, lo que requiere de estrategias de sedación», explica el doctor Molina. Los nuevos protocolos usarán dosis de sedación «indispensables» para garantizar la confortabilidad del paciente, minimizando los días de ventilación mecánica invasiva (con el riesgo de infección y mortalidad) y aumentando tiempo de consciencia en el paciente lo que mejora su comunicación con el profesional.