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Guardamar quiere usar los lodos del dragado del río para regenerar playas

El alcalde indica que los 25.000 m3 se emplearían como arena una vez deshidratados y previo análisis de su composición - Saéz subraya que la obra cuenta con autorización de cuatro administraciones ante las críticas de vecinos y ecologistas

Imagen captada por los vecinos de las balsas donde se están depositando y secando los lodos.

El Ayuntamiento de Guardamar quiere que los lodos que está retirando de la desembocadura del río Segura en las últimas semanas se conviertan en 25.000 metros cúbicos de arena para regenerar sus playas. Algo que solo será posible si los materiales acumulados durante semanas y después secados al sol cumplen los requisitos ambientales mínimos de composición para que puedan ser utilizados con ese objetivo. Si los análisis indican que el material no es válido como arena serán retirados a un vertedero autorizado -una operación más cara-. El alcalde José Luis Sáez (PSOE) recuerda que la aportación de sedimentos del río Segura es la principal fuente de sedimentos natural de las playas de la Vega Baja, y en especial de Guardamar, La Mata y Elche. Esos lodos son los que se convierten en arena cuando salen arrastrados por la fuerza del río y trasladados por el mar hasta las playas. El gobierno local, que es el responsable de las obras, con una inversión de 300.000 euros, aseguró ayer que la actual acumulación de lodos en tierra no tiene impacto ambiental para los vecinos de las urbanizaciones cercanas -grandes torres de apartamentos junto a la desembocadura del cauce nuevo-. Para ese depósito se está utilizando una parcela municipal de 32.000 metros cuadrados cercada por taludes de un metro a modo de balsas improvisadas. Según Sáez estos lodos ni ahora ni después al secarse provocarán malos olores.

La desembocadura no se dragaba desde 2010. La misma fuente reconoció que desde el punto de vista administrativo los permisos para el dragado han estado listos solo tres meses después de la riada porque lo que se ha hecho es modificar -hasta en cuatro ocasiones- un expediente abierto en 2017 para realizar este mismo dragado. Ya en 2017 los problemas de entrada y salida de barcos al puerto deportivo eran evidentes, en especial la de los barcos con más calado. Actualmente el calado -la profundidad- en algunas zonas apenas alcanza el metro. Cuando terminen las obras será de 3,5 metros.

¿Un tapón para la riada?

Tras la DANA de septiembre, en esta retirada de sedimentos se han implicado con mucha más convicción las administraciones con competencias sobre el cauce y dominio público marítimo terrestre. Sobre todo porque se ha identificado la falta de dragado como un supuesto agravante de la riada. El agua de toda la riada de la Vega Baja anegó el tramo final del río y toda su huerta en la margen izquierda. Algunas voces críticas con la gestión de la Confederación Hidrográfica (CHS) aseguran que la colmatación de la desembocadura del río por sedimentos, con la reducción del calado y por tanto de la capacidad de desagüe, habría acelerado la inundación de la huerta: un efecto tapón. Aunque el principal fue la falta de conexión del cauce viejo y el nuevo. Las lluvias coincidieron con un temporal de levante marítimo que impedía la salida del principal caudal de la riada.

La maquinaria comenzó desde tierra a principios de diciembre a acumular lodos extraídos del margen derecho del cauce nuevo, a escasos metros del encuentro de la ribera con el mar, con máquinas retroexcavadoras. Cerca de la zona de atraque de la flota de pesca artesanal. Más adelante comenzarán las operaciones para dragar el pasillo de paso de embarcaciones de la marina deportiva -las de mayor eslora y calado llevan meses sin poder navegar- con una plataforma flotante.

Sobre las dudas expresadas por colectivos ecologistas como Amigos de los Humedales del Sur de Alicante como de Ecologistas (AHSA) en Acción sobre el respeto a la legislación ambiental que protege la desembocadura a la hora de abordar este dragado, Sáez dijo que está a disposición «de todo el mundo» las cuatro autorizaciones recibidas por la administración para validar el proyecto: Capitanía Marítima del Ministerio de Fomento, Confederación Hidrográfica y dirección territorial de Costas del Ministerio de Transición Ecológica y Conselleria de Medio Ambiente.

AHSA y Ecologistas en Acción han indicado que «a simple vista» el método adoptado por la empresa contratada por el Ayuntamiento para depositar los lodos «no parece el más adecuado» para acumularlos y tratarlos. Ambos colectivos ya señalaron en INFORMACIÓN que esta operación se está realizando «sin ninguna información al público previa del proyecto de dragado», sin proceso de evaluación de impacto ambiental pese a que se está actuando sobre la zona húmeda catalogada de la desembocadura y frente litoral del Segura y sobre el LIC de las dunas de Guardamar».

Todo parece indicar que se ha empleado, a tenor de lo que ha explicado el alcalde sobre este asunto, la evaluación de impacto ambiental realizada inicialmente en 2017 para una propuesta de dragado mucho menor, de solo 3.000 metros cúbicos. Los ecologistas recordaron que en 1998, cuando se construyó el puerto, el dragado realizado afectó a las dunas de Guardamar al verterse sobre ellas los lodos extraídos. «Abriéndose incluso un procedimiento penal que finalmente se archivó».

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