El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana (PP) explicó ayer que su responsabilidad como primer edil es presentar los presupuestos de 2020 para su aprobación en el pleno, prevista en una sesión extraordinaria mañana, y que es algo que el Ayuntamiento de Orihuela «necesita» desde el punto de vista de la gestión económica. Visto bueno para el que, a día de hoy, carece del apoyo de Ciudadanos (Cs), socio de gobierno del PP, sin el que no podrá sacar adelante la propuesta porque carece de mayoría.

«Tenemos la responsabilidad de presentar esos presupuestos en base a los informes que hay de Intervención para consolidar lo ejecutado y terminar el año de una forma que no afecte a los intereses municipales. Y confío en que de aquí al miércoles se pueda negociar y hablar sobre lo que Orihuela necesita».

El alcalde aclaró, en referencia a la falta de apoyo de Cs, que «uno tiene la responsabilidad que a veces no va pareja a la capacidad de decidir. En función de cómo termine el pleno seguiremos hablando y seguiremos gestionando». Fuentes del Partido Popular indicaron que durante todo el ejercicio de 2020 el área de Intervención, que ha estado dirigida por distintos técnicos, ha insistido en la necesidad de aprobar los presupuestos de este año, aunque solo estuvieran vigentes durante unas pocas semanas o días -luego se prorrogarían en 2021-.

Algo que, recordaron, también ocurrió en 2016. Necesidad que se explica, por ejemplo, en el pago de cuotas a la seguridad social que no aparecen consignadas en el presupuesto prorrogado en vigor, el de 2019, entre otras gestiones económicas «que no resuelven modificaciones de crédito».

El alcalde aseguró ayer que estos presupuestos que van mañana al pleno son los del «presente» pero que ya ha dado instrucciones para que se comiencen a elaborarse los de 2021 «lo antes posible».

Grandes áreas

Fuentes de Cs indicaron ayer que no tienen constancia alguna de los informes de Intervención de los que habla el alcalde para justificar su decisión de llevar el proyecto de presupuesto de este año al pleno. En el mismo sentido indicaron que una modificación de crédito, por muy compleja que sea, sí puede amparar los cambios contables que requiere el Ayuntamiento en estos momentos. Cs cree que su socio de gobierno tiene otros objetivos, más políticos que de índole presupuestaria, a la hora de plantear esta propuesta.

La coalición PP-Cs ha demostrado no ser especialmente sólida y los populares podrían aprobar un presupuesto de 2020 con el que «funcionar» sin contar con sus socios de gobierno el resto del mandato. Unas cuentas, además, en las que las áreas gestionadas por los ediles de Cs, que aseguran que no han sido consultados, verían estancadas sus partidas presupuestarias. Y sobre todo un proyecto de presupuesto que no avanza -ni siquiera lo contempla- en una de las principales iniciativas de gobierno que quiere poner en marcha Cs este mandato: la reorganización de las concejalías en grandes áreas de gobierno para agilizar la gestión municipal de una forma mucho más moderna de como está planteada actualmente. Una propuesta que tiene perfilada la edil de Personal, Luisa Boné.

Algo que no entusiasma a la Alcaldía porque «obligaría» a algunos de los ediles del PP a trabajar bajo la supervisión de concejales naranjas. Aunque también ocurriría a la inversa. Cs aclara que entiende la situación actual, que también se produjo en 2016, de primer año de mandato con concejales y áreas recién estrenadas lo que suele provocar este retraso, pero cuestionaron la falta de comunicación de sus socios.