Una de las definiciones que el diccionario de la RAE ofrece del verbo transcribir es simple y llanamente la de “Copiar”; ese mismo diccionario define el verbo copiar como “Escribir en una parte lo que está escrito en otra”. En las últimas semanas he estado transcribiendo uno de los manuscritos de G.W. Leibniz (1646-1716), a saber, su Fundamentum perspectivae meo marte investigatum. La dificultad de escribir en un archivo Word lo que el genio alemán redactó en el pedazo de un folio en el siglo XVII, y la gran cantidad de tiempo que conlleva realizar esa tarea de reproducción, me han llevado a la siguiente analogía. Incluso la tarea de copiar un texto, un trabajo previo a la evaluación del contenido de ese mismo escrito, implica sostener una importante cantidad de hipótesis. En el caso de los textos de Leibniz ese fenómeno es bastante evidente.

La transcripción de sus manuscritos supone la comparación de letras (y la comprobación de esas grafías en sus otros escritos), el reconocimiento de abreviaciones latinas (en los escritos de Leibniz suelen sustituirse determinados sufijos por ciertas marcas), la familiaridad con la obra del pensador alemán, etc. Las decisiones que se toman en relación con ese tipo de cuestiones fijan, en el momento de la transcripción, una interpretación. Ahora bien, en ese momento, no se conocen los aciertos o los errores del contenido del texto. Durante la transcripción no se puede saber, por ejemplo, si los fundamentos de la ciencia perspectiva que el pensador alemán defiende en el escrito son, efectivamente, tal cosa. Hasta que el transcriptor no haya acabado su copia, no podrán resolverse las cuestiones relativas al contenido. Sin embargo, la interpretación que el transcriptor realiza mientras lleva a cabo la copia, de una u otra manera, afecta al contenido del texto. En función de las hipótesis que este utilice, el lector evaluará los aciertos y los errores del escrito.

Las fantasías de los malos investigadores y los clientelismos propios de la política municipal pueden generar discursos más creíbles, e incluso más estables, que una buena copia textual y que una acción política con un objetivo claro.

Me parece que en la acción política sucede algo parecido a lo que ocurre en la transcripción de textos antiguos, es decir, en ella también hay una interpretación que pre-juzga sus aciertos o sus errores. En el sub-suelo de la acción política está la ideología; no puede haber acierto ni error políticos sin ella. En el primer paquete de ayudas que dio el Ayuntamiento de Almoradí, los miembros del equipo de gobierno pidieron colaboración al resto de grupos municipales. Tras hablar con diferentes personas, propuse al grupo municipal que la distribución de las ayudas tuviese en cuenta el número de trabajadores empleados por los autónomos o las pymes que las solicitaban. El grupo municipal hizo llegar la propuesta al equipo de gobierno, que no tardó dos minutos en rechazar esa manera de distribuir los fondos (una forma de distribuir fondos que actualmente utiliza la Generalitat Valenciana en el plan Resistir); Almoradí no se escribe con las mismas letras para un miembro del PSOE y para un miembro del PP. El rechazo de esa propuesta fue un acierto para unos y un error para otros; en cualquier caso, fue negativo para el mercado laboral de nuestro municipio.

El trabajo ideológico, como el trabajo de transcripción, es bastante duro y el ciudadano, como el lector del texto, suele dar por supuesto que está bien hecho. Pero debe prestarse atención. Las fantasías de los malos investigadores y los clientelismos propios de la política municipal pueden generar discursos más creíbles, e incluso más estables, que una buena copia textual y que una acción política con un objetivo claro.   

Fundamentum perspectivae meo marte investigatum (Archivo de trabajo, extraído de la Digitale Sammlungen, del Leibniz-Archiv) Leibniz-Handschriften, 35 XI 17, 23.  Manuscrito que forma parte de la colección de la G.W. Leibniz Bibliothek (Hannover)

Fundamentum perspectivae meo marte investigatum (Archivo de trabajo, extraído de la Digitale Sammlungen, del Leibniz-Archiv) Leibniz-Handschriften, 35 XI 17, 23. Manuscrito que forma parte de la colección de la G.W. Leibniz Bibliothek (Hannover)