Parcelas literalmente divididas entre dos términos municipales, naves dentro del polígono industrial de Bigastro pero, en teoría, con parte de sus instalaciones en Orihuela, y un cementerio en «tierra de nadie». Así se encuentran algunos terrenos que comparten dos términos municipales, los de Orihuela y Bigastro. Ambos municipios quieren acabar con esta situación que deja en el limbo legal a varios propietarios y naves industriales, regularizando su situación. Para ello, los ayuntamientos de ambas localidades han consensuado el proceso de deslinde de cerca de 10.000 metros cuadrados de terrenos que están en una complicada situación al no estar claro si son de Orihuela o de Bigastro, ante la falta de correspondencia entre trazados de los distintos planes generales y de estos con el catastro, e incluso con líneas de corte trazadas sobre edificaciones existentes.

Bigastro es «una isla en Orihuela», como la definió este miércoles el edil de Urbanismo de la localidad, Antonio Meseguer. Un término de apenas 4 kilómetros cuadrados rodeados por su vecino oriolano, que con sus 384 kilómetros cuadrados es uno de los términos municipales más grandes de la Comunidad Valenciana. La gran extensión de Orihuela «se adentra» en otros municipios, como Bigastro, donde se da la paradoja de que hay terrenos hasta dentro de su casco urbano que, sin embargo, pertenecen al municipio oriolano. Así, Bigastro se quedará con los terrenos en conflicto, como los que dividen su polígono industrial, los del entorno del paraje de La Pedrera y su camping, una zona junto a la vereda Colín y su cementerio que estaba «en tierra de nadie», paradójicamente. Orihuela regulará un diseminado de unas 30 viviendas colindantes con el casco urbano de Bigastro. «No se van a alterar los límites territoriales, nadie quita suelo a nadie, porque las zonas que se ensanchan por un lado, se estrechan por el otro, y al final la compensación queda a cero», explicó Meseguer, quien compareció junto a su homólogo oriolano, José Aix, en la zona donde la división de ambos términos estaba menos clara, como es el polígono industrial bigastrense. «El deslinde es muy importante para quien tiene una propiedad, una nave industrial o una vivienda entre los dos términos municipales y era ya el momento de poner orden en el municipio», indicó el edil de Urbanismo de Orihuela. Además de ordenar los territorios, el deslinde clarificará qué ayuntamiento debe de ocuparse del mantenimiento de las zonas ahora situadas entre los dos municipios.

En el caso del polígono industrial de Bigastro son un total de 5.000 los metros cuadrados de suelo, donde hay varias empresas, que están ahora en el limbo y no se podían legalizar. Algunas, incluso, han recibido denuncias de la administración por este hecho. «No se sabía si estaban en Bigastro o en Orihuela», manifestó Meseguer. Su situación legal está en paréntesis. El Ayuntamiento habló con el Consell para que esas industrias, algunas implantadas hace más de 30 años y con todos los servicios urbanísticos (agua, luz o alumbrado), procedan a su legalización una vez resuelto el deslinde y se haga el nuevo planeamiento. Aunque había dudas sobre el término municipal en el que se encuentran, los impuestos los pagan al ayuntamiento bigastrense. «Hemos invertido mucho en el polígono y estaba claro que todo el terreno era de Bigastro y solo quedaba plasmarlo en un papel», indicó Antonio Meseguer.

Comisión

Los concejales de ambos municipios insistieron en que todo se ha resuelto con consenso y sin ningún atisbo de conflicto, pese al estancamiento del problema durante dos décadas. Bigastro ya ha resuelto sus trámites para el deslinde y ahora los iniciará Orihuela. El pleno aprobará hoy la creación de una comisión para tratar este asunto que estará formada por Emilio Bascuñana, alcalde de Orihuela, los ediles José́ Aix, concejal de Urbanismo y Planeamiento, Ángel Noguera, de Infraestructuras y Rafael Almagro, de Hacienda, además del secretario del consistorio Julio Estremera y del técnico de Urbanismo, Gonzalo Ortuño.

El próximo paso que tienen que dar los dos ayuntamientos en la aprobación de un nuevo planeamiento urbanístico. Aix señaló que «era el momento» de reflexionar sobre el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Orihuela (PGOU). «Vamos a ver por dónde van los tiros del Plan de Acción Territorial que está redactando el Consell para definir cómo queremos crecer en Orihuela». Para el edil de Urbanismo, «hay que proteger el Medio Ambiente, pero compaginándolo con los intereses y dispensa de los propietarios del suelo». Por su parte, Bigastro tiene más claro que este mismo año quiere modificar su PGOU «para que el planeamiento ponga orden a esta compleja situación urbanística», indicó Meseguer.

San Miguel de Salinas y Rafal, los próximos en deslindar con Orihuela

El Ayuntamiento de Orihuela lleva hechos tres deslindes en solo dos meses, con el de Bigastro. San Miguel de Salinas y Rafal son los próximos municipios con los que tiene que llevar a cabo ese deslinde, aunque no se espera tanto consenso como con el municipio bigastrense. En el caso de Rafal el conflicto está en el barrio de las Casas Baratas, en término oriolano y que reclama el rafaleño. Ha sido a instancias del Instituto Cartográfico, explicó ayer el edil de Urbanismo José Aix, con lo que se está estudiando el deslinde con este último municipio. Y no serán los únicos. «Son los dos que más urgen ahora, porque es donde más sensibilidad de ha creado en la calle», indicó Aix, quien añadió que «hay servicios que debería prestar Orihuela mejor de lo que presta, y esa es la razón por la que lo hemos activado».