El convenio que firmaron ayer los ayuntamientos de Orihuela y Rafal, vecinos no siempre bien avenidos, para compartir algunos servicios en el barrio oriolano de Casas Baratas, perteneciente a Orihuela pero por el que pugna Rafal por su soberanía, suaviza el conflicto que mantienen ambos municipios y que ha llegado a protagonizar serios enfrentamientos entre los alcaldes de Rafal, el socialista Manuel Pineda, y el de Orihuela, el popular Emilio Bascuñana.
El convenio establece que el Ayuntamiento de Rafal autoriza que las aguas residuales de la calle Cantalobos, pertenecientes al termino de Orihuela, se conduzcan a través de su red de alcantarillado municipal hasta conectar con la calle Felipe II. Por su parte, el Ayuntamiento de Orihuela autoriza a Rafal la futura instalación del colector de pluviales del Mudamiento, contemplado en su Plan Director de Saneamiento. «Hemos demostrado que entre municipios tenemos que colaborar por el beneficio de los ciudadanos», indicó Pineda. Una aseveración que compartió el teniente de alcalde de Orihuela José Aix que, junto al edil de Infraestructuras Ángel Noguera, ambos de Ciudadanos, fueron los interlocutores oriolanos y los encargados de la firma del convenio. «Hay que colaborar porque nuestros vecinos no entienden de límites territoriales, ni de competencias, pero sí de problemas y de sus posibles soluciones», señaló Aix. La comparecencia conjunta, curiosamente, la hicieron en una plazoleta que pertenece a Rafal, pero al hablar tenían que bajar a la vía, que es de Orihuela, lo que da cuenta de la extraña situación, en cuanto a los límites, en esa zona.
Ayer hubo mucha cordialidad entre el alcalde de Rafal y los representantes del gobierno oriolano, lo que parece alejar las tensiones por el conflicto a cuenta de la soberanía del barrio de las Casas Baratas, perteneciente a Orihuela, que pretende adhesionar a su municipio. Al menos, la cordialidad de Manuel Pineda es con la parte del equipo de gobierno oriolano que ostentan los ediles de Cs. De eliminar con pintura negra las líneas de señalización vial en una calle del barrio que pertenece la mitad a Rafal y el otro 50% a Orihuela, al considerar que el ayuntamiento oriolano había traspasado sus límites, Pineda ha pasado a firmar un convenio de colaboración con sus vecinos oriolanos.
Es la segunda visita conjunta que se realiza allí en pocos meses, ya que en diciembre el regidor rafaleño supervisó las obras de saneamiento en la zona, ejecutadas por el Ayuntamiento de Orihuela, junto a dirigentes oriolanos, eso sí, los de Ciudadanos, que gobiernan en coalición con el PP. Más difícil es que Pineda se reúna con el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, con el que mantiene una bronca política constante agravada por ese conflicto, ya que el gobierno oriolano se ha negado a perder parte de su territorio. Bascuñana sí visitó hace unos meses los trabajos en la zona, pero sin Pineda.
Adhesión
A preguntas de los periodistas, el alcalde de Rafal negó que hubiera un conflicto entre ambos municipios por la soberanía de ese barrio, a pesar de los episodios que él mismo ha protagonizado, aunque sí confirmó que su Ayuntamiento mantiene sus intenciones de continuar los trámites para adherir esas calles a su municipio. «Es una vieja petición, de hace más de 40 años, de los vecinos de esta zona, que quieren pertenecer a Rafal y muchos de ellos están empadronados aquí para participar de la vida social y administrativa de mi municipio», explicó. Pineda señaló que el consistorio ha elevado un informe a la dirección general de Administración Local, que lo llevará al Consell Jurídic Consultiu, que determinará si el barrio se puede adscribir a Rafal. «Tengo una muy buena relación con todo el mundo, tanto con Cs, como con el PP de Orihuela, aunque en algunos casos tuviéramos algunas discrepancias», aseguró el también diputado.
Por su parte, José Aix, dijo que «tenemos que dejar nuestra condición de políticos a un lado, y que sean los técnicos y juristas, con argumentos más sólidos, dónde llegan los límites de uno y otro municipio». Y anunció que Orihuela está buscando una solución al paso de vehículos pesados por Rafal. «Ahora prevalece la buena sintonía», zanjó el edil oriolano. Veremos cuánto dura la paz.
