Ampliar la superficie del río Segura a su paso por la Vega Baja, recuperar su morfología original con meandros y crear corredores verdes para frenar futuras inundaciones. Estas son algunas de las propuestas que se marca el dictamen del estudio sobre la Dana que Les Corts comenzó a elaborar hace año y medio para diagnosticar los principales problemas que agravaron la catástrofe en la Vega Baja, y aportar posibles soluciones.
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Los resultados de la comisión se presentaron este miércoles en Crevillent a petición de este Ayuntamiento y el alcalde del municipio alfombrero, José Manuel Penalva, justificó que fuera el anfitrión «porque la gestión del agua no atiende a límites administrativos y nuestras pedanías también se vieron afectadas por la Dana».
El presidente de Les Corts, Enric Morera, presentó este dictamen resaltando que se trata de un trabajo que sirve «para poner luces largas y marcar caminos para solucionar problemas reales y concretos, y no podemos caer en la crispación y demagogia, necesitamos consensos» para mejorar la protección ante inundaciones «y ofrecer respuestas urbanísticas y ambientales», señalaba.
Hay que poner luces largas para llegar a consensos con respuestas urbanísticas y ambientales
Aitana Mas, diputada de Compromís y presidenta de la comisión, resaltó las diez conclusiones que se han sacado tras las aportaciones de 85 expertos en materia territorial, urbanística e hídrica, además de alcaldes y alcaldesas de municipios afectados por la Dana. Representantes de la Confederación Hidrográfica del Segura han declinado participar, a pesar de que de esta administración dependen la mayoría de actuaciones en materia hídrica.
Aún y así, Mas entiende que este trabajo permite tener una hoja de ruta de las actuaciones que tienen que desarrollar diferentes administraciones, «teniendo en cuenta los efectos del cambio climático, para prevenir que vuelven a pasar casos como el de septiembre de 2019». Al hilo, señalaba que este documento debe estar vivo y servirá para que las administraciones competentes rindan cuentas anualmente sobre las actuaciones que se piensan aceptar de este estudio y qué partida presupuestaria tendrá.
Es un punto de partida para que las administraciones competentes rindan cuentas
Una de las principales medidas del informe apuesta por renaturalizar el río Segura a su paso por la comarca porque entienden que el plan de prevención de avenidas del río de 1987 transformó su cuenca baja eliminando meandros y acortando su longitud un 28%. De igual forma, se propone derivar caudales agua arriba de Orihuela hacia los embalses de La Pedrera y Crevillent para reducir la presión del río por el casco urbano de la capital de la Vega Baja y Rojales.
Incide el estudio en que sería conveniente que se permeabilicen ambas desembocaduras a través de compuertas u otros mecanismos.
El documento también recuerda que Les Corts han instado a la Confederación Hidrográfica del Segura a elaborar un plan de actuaciones para reducir riesgo de nuevas riadas eliminando sedimentos acumulados , recuperando el último tramo de la Rambla de Abanilla y Redován o construyendo azudes o presas en la cuenca alta del río Chícamo.
La gestión del agua no entiende de límite administrativo y Crevillent también fue afectado por la Dana
Por otro lado, otro de los retos que se marca este estudio es la reversión de los tramos entubados para que sean a cielo abierto. En este punto, expertos han detectado que se diseñaron para su función agrícola pero la red entubada es incapaz de gestionar grandes volúmenes de agua por lluvias torrenciales o desagüe de ramblas y barrancos.
En materia urbanística, el estudio apunta que para evitar inundaciones en zonas urbanizadas deben implementarse planes de gestión de aguas pluviales, ya que en la Vega Baja se encuentra la casuística de que hay unos bajos niveles de permeabilidad del agua teniendo en cuenta que la provincia es la tercera del país con más terreno sellado. Se plantea, por tanto, una revegetación en áreas periurbanas, jardines inundables e introducir la agricultura ecológica.
El documento también alerta de una falta de disciplina urbanística. Se contabilizan hasta 31.000 viviendas fuera de ordenación en la Vega Baja en zonas inundables. Los expertos lo achacan a que buena parte de la planificación urbanística municipal de la comarca se regía por normas anteriores a 2003. El estudio también destaca que incluso en la actualidad se plantean desarrollos urbanísticos de infraestructuras de servicios esenciales en zonas con elevado riesgo de inundación.
El documento refiere que hay consenso también entre los expertos para ordenar el suelo adaptando la ocupación del terreno a la peligrosidad con instrumentos de ordenación territorial supramunicipales.