Los cultivos de brócoli y coliflor en la pedanía oriolana Raiguero de Poniente amanecieron ayer helados después de una madrugada en la que los termómetros bajaron hasta -0,2 grados, llegando a alcanzar los -0,9 en Lo Capitán, enclave rural de Torremendo. También descendieron de los cero grados en Lo Cabello (-0,1), mientras que en Lo Limorte (Formentera del Segura) se alcanzaron 0,1 grados y en Jacarilleta (Jacarilla) 0,2. La provincia está registrando el mayor episodio de heladas en una década, debido a un potente anticiclón que se instaló la semana pasada y que durará al menos hasta el próximo domingo. Con -12,9 grados, Xixona y Villena marcaron las temperaturas más bajas.
No obstante, las heladas están siendo débiles en las zonas de huerta de la Vega Baja y algo más acusadas en hondonadas, donde se acumula el frío, sin llegar a provocar daños significativos en los cultivos. Es más, los campos de hortalizas lo agradecen y las plantas cogen brío. José Vicente Andreu, presidente de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) de Alicante, explica que esto hace que baje la producción y sea de mejor calidad, por lo que «los precios están subiendo por el frío». Las altas temperaturas que se registraron en los días de Navidad estaban teniendo consecuencias negativas para las plantaciones. Con un tiempo tan anormal para la época del año, «las plantas se habían vuelto locas», prosigue. Esto se traducía en un estrés y saturación que rebajaba la calidad del producto y hacía que los precios bajaran en casi un 50%.
Así, Andreu sostiene que en la alcachofa se ha detectado ya un aumento del 20%. Antonio Ángel Hurtado, presidente de la Asociación Alcachofa Vega Baja, coincide: «La producción se ha resentido desde finales de noviembre hasta los primeros 20 días de diciembre por unas temperaturas cálidas». Sin embargo, con el frío, las escarchas y la humedad mejora el producto y se recuperan los precios, lo que hace que la rentabilidad no decaiga para el agricultor. Por eso, Hurtado hace una valoración «en positivo» de estas primeras semanas de campaña, que arrancó el 22 de noviembre con el primer corte simbólico en Callosa de Segura. Al mismo tiempo, prosigue Hurtado, «se está recuperando la estabilidad de la oferta y la demanda», sobre todo porque después de que el cliente final opte por otros productos propios del periodo navideño, como carnes y mariscos, el consumo vuelve a ser el habitual. «La exportación también está siendo aceptable», indica.
2.000 hectáreas
Este año se han plantado en la Vega Baja 300 hectáreas más de su producto estrella sumando un total de 2.000. Está prevista una producción de 26.000 toneladas, lo que supone un incremento del 20% con respecto a la anterior cosecha, recuperando así las cifras previas a la DANA de 2019. Todo marcha según lo esperado, a falta de que el tiempo no dé ningún nuevo varapalo al campo. Precisamente, ayer se cumplieron cinco años de la histórica nevada que se produjo en la Vega Baja y que incluso llegó a cuajar en puntos costeros de Torrevieja, Orihuela, Guardamar del Segura y Pilar de la Horadada, algo que no sucedía desde 1926. De momento, el sector está aguantando bien esta primera ola gélida del invierno, que durará hasta el fin de semana según la previsión meteorológica.
