Se cumple el próximo lunes 21 de marzo el 193 aniversario del gran terremoto que asoló Torrevieja y gran parte de la comarca de la Vega Baja en 1829. Un seísmo altamente destructivo que arrasó poblaciones enteras dejando un trágico balance de muerte y destrucción: alrededor de 400 muertos, miles de casas en ruinas, puentes, iglesias y sistemas de riego destruidos. La comarca se convirtió en una inmensa “zona cero” donde los supervivientes quedaron a merced de la ayuda del resto del país.

No fue aquel un seísmo aislado ni ocasional. El catedrático de geografía de la Universidad de Alicante Gregorio Canales, afirma que desde el siglo IX se tiene constancia de movimientos sísmicos, y que este de 1829 fue solo el más fuerte de una serie de terremotos que se produjeron entre 1828 y 1830. Tres años hicieron falta para la reconstrucción de la comarca. Poco antes, en 1802, los daños causados por otro fuerte temblor de tierra obligaron a la Hacienda del reino a abandonar las instalaciones de la administración de las salinas sitas en La Mata y trasladarlas ex novo a Torrevieja, población que se encontraba entonces en pleno crecimiento.

Aquel trágico seísmo de 1829 dejó sin embargo entre la población autóctona una curiosa secuela que dos siglos no han podido borrar: un profundo trauma histórico que se evidencia en esa especie de amnesia colectiva que sufren poblaciones como Torrevieja. A pesar de que periódicamente sus vecinos sienten pequeños temblores, de poca intensidad pero que alertan del alto potencial sísmico de la zona, los gobiernos locales siguen eludiendo la tarea de prevención y divulgación. En los últimos 40 años se ha llevado a cabo dos simulacros de terremoto en 2013 y el último en 2018, durante el anterior mandato llegó acompañado con unas jornadas especiales sobre riesgo sísmico por parte de la dirección general de Emergencias de la Generalitat- y el plan local ante el riesgo sísmico sigue sin salir adelante. Pero el riesgo de terremoto no es historia. Es algo que puede volver a ocurrir.

Teatralización del episodio histórico del terremoto de 1829 realizada en los últimos años por Ars Creatio en torno al 21 de marzo JOAQUIN CARRION

Hablar de terremotos no es la mejor carta de presentación para la industria del turismo residencial. Técnicamente sí existe una normativa sismorresistente estatal que el Colegio de Arquitectos, en sus visados, y los ayuntamientos deben hacer cumplir a los promotores en los proyectos a la hora de otorgar las licencias y que exige para zonas con riesgo elevado como la Vega Baja un refuerzo en estructuras y cimentaciones, además de velar por la seguridad de elementos secundarios de las edificaciones -que son los más peligros en caso de terremoto-.

Ars Creatio ha programado una serie de actos que con el nombre de “1829, Torrevieja tiembla”. El próximo jueves 24 el geólogo y popular divulgador científico Nahum Méndez Chazarra ofrecerá una charla sobre ”Qué hacer en caso de terremoto”.

Para dar visibilidad a esta efeméride, la asociación cultural Ars Creatio ha programado una serie de actos que con el nombre de “1829, Torrevieja tiembla” se desarrollarán durante la semana. El próximo jueves 24 el geólogo y popular divulgador científico Nahum Méndez Chazarra ofrecerá una charla sobre ”Qué hacer en caso de terremoto”. Mientras el sábado 26 y el domingo 27 realizarán sendas rutas teatralizadas donde los espectadores serán testigos de excepción de lugares y protagonistas de aquel devastador terremoto.