ORIHUELA COSTA

Una familia paraliza la obra en una finca tradicional de Orihuela Costa encadenándose a la maquinaria

Los propietarios de la Finca Langostina, que llevan dos décadas peleando por evitar la urbanización del entorno, han cesado la protesta solo cuando el concejal de Urbanismo se ha comprometido a parar la obra temporalmente

El Ayuntamiento prometió en diciembre impulsar el expediente de Bien de Relevancia Local lo que podría proteger la casa singular de construcciones anexas

Urbanismo ha concedido licencia de obra mayor pese a expedientar a la empresa hace tres meses por carecer de ella

Una familia paraliza una obra junto a una finca en trámite de protección tras encadenarse a la maquinaria

David Pamies

D. Pamies

D. Pamies

La familia Wesenauer ha paralizado esta mañana temporalmente el inicio de las obras de construcción de piscinas y viviendas turísticas en la Finca Langostina en el PAU 25, en Orihuela Costa. Gabriele y Kimberly Lee Wesenauer, madre e hija, se han encadenado a primera hora a la máquina retroexcavadora de la empresa constructora y no dejaron su postura hasta pasadas las doce, cuando arrancaron del concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Orihuela, Matías Ruíz Peñalver el compromiso de que la obra no se iniciaría y tras concretar una reunión el próximo lunes día 11 de marzo.

Desde las ocho de la mañana, hora en la que ambas mujeres iniciaron su protesta encadenándose a la maquinaria de construcción, poco a poco fueron llegando a la finca patrullas de la Policía Local, dos de la Guardia Civil y efectivos de Protección Civil de Orihuela.

Kimberly y Gabriele Wesenauer, encadenadas a la retroexcavadora este jueves en la finca Langostina

Kimberly y Gabriele Wesenauer, encadenadas a la retroexcavadora este jueves en la finca Langostina / D. Pamies

Cimientos

Los propietarios de la casa situada junto a la parcela que se va a construir señalaban que la obra va a afectar a los cimientos de una finca con vivienda tradicional del cultivo de la agricultura de secano de más de doscientos años de historia, inmueble testigo de la historia de la comarca con un gran valor patrimonial. Sobre esta finca el equipo de gobierno del Partido Popular-Vox se comprometió a iniciar un expediente de protección como Bien de Relevancia Local el pasado mes de diciembre. 

La promotora, Lideralis Empresarial en Desarrollo, gestionada por el promotor oriolano Víctor Gálvez Espinosa, inició los trabajos en diciembre pasado, pero lo hizo sin licencia de obra mayor. En ese momento la brigada de disciplina urbanística comprobó la ausencia de autorización y las paralizó. El pasado 27 de febrero el Ayuntamiento autorizaba la licencia, firmada por Matías Ruiz y el secretario general del Pleno Virgilio Estremera, tras un informe favorable de la funcionaria directora de Urbanismo, Isabel Heredia Pomares.

Policía Local, Guardia Civil y medios de comunicación se han acercado a la finca de Orihuela Costa esta mañana de jueves

Policía Local, Guardia Civil y medios de comunicación se han acercado a la finca de Orihuela Costa esta mañana de jueves / D. Pamies

Este nuevo documento solo hace referencia a la visita de la brigada de inspección a finales de diciembre y subsanación de deficiencias de la petición de licencia, sin mencionar la existencia de un supuesto expediente de paralización de la obra previa por falta de licencia, ni en qué sentido se ha resuelto.

Bien de Relevancia Local

Esta mañana Gabriele y Kimberly Wesenauer, se encadenaban a la máquina excavadora que ayer entró a la finca anexa a la casa Langostina. La empresa mantenía que contaba con licencia de obra. Las propietarias de Langostina señalaban lo contrario. Este diario ha estado presente en el momento que llamaban al alcalde oriolano, Pepe Vegara, que les indicaba que hasta donde él conocía la licencia no se había otorgado.

Sin embargo, la empresa ha esgrimido una licencia de obra mayor, y a continuación ha sido el propio concejal de Urbanismo, Matías Ruíz, quien ha confirmado a las mujeres encadenadas que la obra ya contaba con licencia. Ambas se han negado, sin embargo, a abandonar su protesta y desencadenarse sin un compromiso de paralización de obras. Tras momentos de tensión y discusión, también con la presencia del propio promotor, han cedido con el compromiso de que las obras se paralicen hasta mantener una nueva reunión con el Ayuntamiento. Las protagonistas de la protesta han agradecido el trato que han recibido tanto de la Policía Local como la Guardia Civil.

El promotor Víctor Gálvez Espinosa se ha personado en la finca

El promotor Víctor Gálvez Espinosa se ha personado en la finca / D. Pamies

Y han reiterado lo que llevan defendiendo desde hace más de dos décadas: la finca rústica con más de dos siglos de historia, reducto de las casas de labranza de secano de Orihuela Costa que esta familia austríaca compró en 1996.

A principios de los años 2000, a través de la Ley Urbanística Valenciana (LRAU) un promotor incorporó la finca a un plan urbanístico -el PAU 25- con el rechazo de la familia, porque además la casa está en otro planeamiento, Lomas de Don Juan y de hecho solo se puede acceder desde los viales de Lomas de Don Juan. Sus requerimientos judiciales y alegaciones fueron desoídos y tras la crisis inmobiliaria distintas promotoras hicieron valer la propiedad del suelo. Primero para reducir a la mitad la finca y separar la vivienda del resto con un muro y ahora para construir vivienda turística.

¿Por qué se avala una decisión amparada en la LRAU?

Los Wesenauer no entienden por qué la inclusión de su vivienda en una legislación urbanística que fue derogada por las denuncias de propietarios ante la Unión Europea ampara ahora la reducción y la destrucción de su finca, en la que han quedado emparedados además tres vehículos de su propiedad que no han podido sacar de la casa.

Vivienda y finca que cuentan con un dictamen de la Universidad de Alicante sobre la figura de protección adecuada para la casa que detalla su gran valor patrimonial, como ejemplo tradicional de vivienda agrícola del secano de Orihuela Costa. Está firmado por el catedrático de Análisis Geográfico Regional Fernando Vera Rebollo.

También se ha elaborado otro estudio que demuestra el peligro que supone para la estructura levantar otras aledañas. Están preparando un procedimiento por vulneración de los derechos fundamentales ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. "Se nos va a caer la casa encima. Solo queremos preservarla y que sea de todo el mundo. Como una muestra de la cultura Española", señala Kimberly Wesenauer.

EL PROMOTOR

Víctor Gálvez Espinosa, promotor y polémico expresidente del club de fútbol Real Murcia, se ha limitado a indicar que iba a denunciar la entrada y ocupación de la propiedad y la paralización de las obras, porque "soy responsable de lo que pudiera pasar dentro en una finca que es propiedad" de su empresa. El empresario, y sus abogados no han querido hacer declaraciones a los medios pero sí han dejado claro que la empresa adquirió un suelo urbano con una edificabilidad previa y que la trayectoria de reivindicación de la familia de la Finca Langostina es ajena a su proyecto. En la notificación de la licencia del 27 de febrero se presupuesta la obra prevista en más de medio millón de euros sobre unos 1.800 metros cuadrados. El Ayuntamiento ha ingresado 22.000 en licencias urbanísticas y de obras.

La nueva marca comercial de este constructor oriolano, Praxa, está realizando un importante despliegue de vallas publicitarias en Orihuela Costa, en la que se invita a los compradores a "ecoger vivir mejor" en viviendas de lujo.

La misma finca en la que se va a construir ahora han cambiado de titularidad en numerosas ocasiones desde 2005. Inicialmente pertenecía -en la parte que se quedó el urbanizador de la Finca Langostina en la distribución de cargas del plan- el promotor inicial San José, la primera gran constructora que presentó concurso de acreedores y fue liquidada durante la crisis-. Luego pasó a manos de distintos bancos. Después a empresarios ligados con la empresa inicial que habían puesto en marcha otras sociedades -una de ellas es la que realizó el muro pegado a la casa tradicional- hasta el actual propietario.

En esa distribución de cargas la familia se ha quedado con el suelo urbano sobre el que está la vivienda con más de dos siglos. Nunca han querido venderlo. Solo mantener la finca ahora rodeada de un mar de vivienda turística.