La medicina regenerativa es el campo interdisciplinario de investigación y de aplicaciones clínicas enfocadas a la reparación y regeneración de células, tejidos u órganos con la finalidad de restaurar una función dañada. Los factores de crecimiento desencadenan efectos biológicos como la proliferación y diferenciación celular, la generación de vasos sanguíneos y la migración de las células a los lugares donde es necesario que se produzca la regeneración.

Las nuevas técnicas en medicina regenerativa, empleadas en Clínica Mediterránea, utilizan células mesenquimales adultas (células madre contenidas en la «fracción estromal vascular» (Stromal Vascular Fraction o SVF), del tejido graso), obtenidas de la grasa del propio paciente y plasma rico en plaquetas obtenido por Aféresis (PRP-A) como fuente de factores de crecimiento y otras proteínas presentes en el plasma sanguíneo, todo dirigido a estimular la regeneración tisular.

Células madre mesenquimales

El cuerpo humano está formado por diferentes tipos de células y cada una de ellas tiene una función específica para que el organismo funcione correctamente. Las células que originan todos estos tipos de células especializadas son las células madre o troncales.

Las células madre pueden dividirse ilimitadamente y autorrenovarse produciendo más células madre sin perder su potencial o dando lugar a diferentes tipos de células especializadas.

Las células madre actúan en la regeneración o reparación de los tejidos dañados y sustituyen las células que mueren de forma rutinaria. Así, cuando un individuo se ha desarrollado, una pequeña parte de células madre queda residiendo en la mayoría de los distintos tejidos, para activarse cuando sea necesario reparándolos o regenerándolos, manteniendo de esta manera el organismo sano.

Las células madre mesenquimales están presentes en el tejido conectivo y esta localización les facilita el acceso para actuar rápidamente sobre los focos de lesión cuando sean requeridas. Se han aislado células madre mesenquimales de distintos tejidos: cerebro, pulmón, riñones, corazón, bazo, pulpa dental, hígado, médula ósea y de una fuente mucho más fácil y accesible como es el tejido adiposo.

De hecho, el tejido adiposo es la fuente más abundante de células madre mesenquimales del cuerpo humano adulto, donde podemos encontrarlas en un número de 100 a 500 veces mayor que en la médula ósea. Estas células tienen capacidad de dividirse y diferenciarse hacia distintos tipos celulares: osteocitos (hueso), condrocitos (cartílago), adipocitos (tejido adiposo), hepatocitos (hígado), cardiomiocitos (corazón), neuronas, etc.

En la última década se han desarrollado una serie de investigaciones clínicas y preclínicas que han demostrado la vital utilidad de las células madre mesenquimales en la regeneración de tejidos y órganos. Además se ha observado que modulan reacciones adversas en distintas enfermedades, sobre todo en las degenerativas y autoinmunes.

Este potencial las ha convertido en herramientas fundamentales de la medicina regenerativa, una nueva rama de la medicina que se basa en la utilización de estrategias similares a las que, de forma natural, usa el organismo para la renovación de las células y tejidos dañados.

Clínica Mediterránea

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