La pavimentación de muchos pequeños jardines de las casas británicas y la tala de árboles ha hecho disminuir fuertemente el número de insectos, que constituyen la principal fuente de alimentación de esos pájaros.

Según el informe, los gorriones están desapareciendo de ciudades como Londres, Bristol y Edimburgo.

Cada pareja de esas aves necesita criar al menos cinco polluelos al año para que se mantenga la población, pero muchas crías mueren en los nidos o no sobreviven mucho tiempo.

Los expertos de la citada organización sin fines benéficos han descubierto que el índice de supervivencia es muy superior allí donde abundan los insectos.

Éstos proliferan donde hay árboles frutales, setos y rosas silvestres, pero la tendencia a pavimentar los jardines domésticos y la popularidad de las plantas ornamentales de otras regiones del mundo están destruyendo el hábitat natural de los insectos y por ende también de los gorriones.