A lo largo de su vida, Bigas Luna cultivó el inmenso deseo de hacer una película verista: rodar a alguien sin guión y sin ningún tipo de parafernalia, mostrando al personaje en toda su pureza. Probablemente esto fue lo que le impulsó a captar la realidad que le rodeaba mediante un vídeo-diario. Un cuadro formado por diferentes escenas únicas de su vida. Más de 500 cintas, diversos vídeos, textos pictóricos y archivos de audio por los que desfilan escenas familiares, reflexiones íntimas y charlas cómplices con actores y amigos.