Con millones de dosis administradas y más de un 90 por ciento de eficacia para casos graves, Astrazeneca podría ser una de las vacunas más deseadas pero es la más polémica. La falta de ensayos clínicos en mayores complicó, desde el principio, su distribución, haciendo que la EMA recomendase su uso, solo, a los menores de 65 años. Esa es la pauta que siguen en la mayor parte de la Unión Europea, incluida España, aunque en nuestro país la restricción comenzó poniendo como límite los 55 años, hasta ampliarse finalmente una década más. Barrera a la vacunación con Astrazeneca opuesta a la que tiene Alemania y desde esta misma tarde también Países Bajos que limitan estas dosis solo para los mayores de 60 años. Medida que han tomado tras los últimos casos de trombosis que afectaron, mayoritariamente, a mujeres menores de esa edad. Nada que ver con Italia, que, siguiendo los pasos de Reino Unido, inocula la vacuna de Oxford a todos los grupos de edad. Demasiada variabilidad de criterios que solo crea más confusión y dudas entre los ciudadanos y críticas entre los expertos que piden una pauta común. Hoy, además, el Gobierno francés ha planteado la posibilidad de que Europa no necesite más dosis de Astrazeneca a partir del segundo semestre.