La policía israelí irrumpía de noche en este barrio de Jerusalén Este para detener a una familia y posteriormente demoler su vivienda. Dicen cumplir con una orden de desalojo por construir este edificio en un terreno ilegal. Un miembro de la familia amenazó días antes con hacerla estallar con estas bombonas de gas si les obligaban a salir.El barrio en el que se ubica se ha convertido en una sucesión de consulados extranjeros y hoteles de lujo. Los palestinos denuncian que no es más que otra arma de presión para echarles de un territorio que Israel ocupó y posteriormente se anexionó en la guerra de 1967.