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El jurado declara culpable de asesinato al acusado del crimen machista de Planes

El tribunal popular valora la confesión del procesado para creer probado que está arrepentido pero subraya que la víctima no pudo defenderse y se opone al indulto

El acusado junto a su abogado el primer día del juicio.

Un jurado popular ha declarado culpable de asesinato por unanimidad al acusado de haber matado a su pareja sentimental en Planes el 9 de febrero de 2019. El veredicto se ha leído poco antes de las 13.00 horas de este miércoles tras cerca de tres horas de deliberación. El tribunal popular considera probado que Jorge Balaguer Catalá golpeó repetidamente en la cabeza con el mango de una linterna a su pareja, Sheila de 29 años, tras una discusión en el domicilio familiar y que después le cortó el cuello mientras yacía inconsciente en el suelo y sin que tuviera posibilidad de defenderse.

El jurado le considera culpable de un delito de asesinato con las agravantes de alevosía y de parentesco. Todas las partes, desde las acusaciones a la defensa, han reclamado la pena pactada antes del juicio. Quince años de prisión, una rebaja de 10 años frente a los 25 que se reclamaban inicialmente. En este proceso estaban personados como acusación la Generalitat Valenciana, la Abogacía del Estado y los padres de la mujer asesinada, que reclaman una indemnización para los cinco hijos de ésta.

El acusado se había declarado culpable del crimen el primer día del juicio y hasta ahora había venido negando su participación en los hechos. Esta confesión le ha valido que el jurado considere probado su arrepentimiento. Nada más arrancar el juicio, el procesado se declaró culpable del asesinato y admitió que había hecho todo lo que le imputaban las acusaciones. "Merezco todo el castigo que se me imponga", aseguró a preguntas de su abogado para recalcar su arrepentimiento. De hecho, dos de sus nueve miembros se ha expresado favorable al indulto. Los otros siete, no.

Pruebas de ADN

El tribunal popular considera que además de la confesión del acusado hay otros elementos que prueban su participación en los hechos. Entre ellos, el que su ADN esté tanto en el cuchillo como en la linterna utilizados para cometer el crimen. La ausencia de perfiles genéticos de terceras personas permite concluir al jurado que en la casa aquella noche sólo estaban el acusado y su víctima. En los primeros momentos tras su detención, el procesado había apuntado como autores del crimen a personas relacionadas con el pasado de la víctima. Una posibilidad a la que el veredicto da carpetazo. La versión inicial del procesado era que, tras despertarse en mitad de la noche, se había encontrado el cadáver de su pareja en el salón de la vivienda y alertó al 112 de Emergencias. Pero su relato presentaba numerosas lagunas para la Guardia Civil, que inicialmente pensaba que podría tratarse de un suicidio, hasta que las pistas recogidas en la escena del crimen acabaron acorralando al procesado.

El veredicto también valora las conclusiones de la autopsia a la hora de concluir que no hubo posibilidad de defensa por parte de la víctima. Durante una discusión en el domicilio familiar, el acusado la golpeó de manera sorpresiva con el mango de una linterna en la cabeza y a continuación empezó a agredirla repetidamente hasta en 17 ocasiones. Los forenses subrayaron cómo en los primeros golpes, la víctima trató de protegerse con las manos. A medida que se sucedían los impactos, éstos se iban concentrando en la misma zona de la cabeza, lo que para los médicos del Instituto de Medicina Legal hacía concluir que la víctima ya estaba inconsciente. Una de las armas del crimen fue una linterna, encontrada junto al cadáver, y cuyo dibujo coincidía con los golpes que la mujer presentaba en el cráneo.

Indemnizaciones

En breve, el magistrado José Luis de la Fuente dictará una sentencia en la que se recogerá la argumentación del jurado y se fijarán tanto las penas como las indemnizaciones para la familia de la víctima. Las acusaciones pedían cantidades que rondaban el medio millón de euros (467.000) y que percibirían los cinco hijos de la mujer asesinada. Cuatro nacieron de parejas anteriores y el quinto es hijo del acusado. Contaba con apenas mes y medio cuando se cometió el crimen. Los cinco viven con sus abuelos maternos. La Abogacía del Estado reclama que el acusado tenga que abonar las ayudas percibidas por el recién nacido en concepto de víctima de violencia machista. Todas las acusaciones reclaman también la pérdida de la patria potestad.

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