Los asesinatos machistas suben mientras la política se parte en las condenas

En 2023, hubo 6 mujeres asesinadas, el doble que en 2022; los ultras han impuesto la negación de la violencia de género en las repulsas

El año que termina es, de momento, el primero en el que los crímenes machistas registran un importante aumento respecto a los años anteriores que apunta a un peligroso cambio de tendencia. El repunte coincide con la entrada de Vox en las instituciones y la irrupción en la vida pública de su mensaje negacionista de la violencia de género que intenta reducir los feminicidios a sucesos aislados sin reconocer el machismo que subyace en ellos como móvil criminal de una realidad, la de la violencia de género, que denuncian desde hace años todos los organismos internacionales sin fisuras.

En España, las 55 víctimas mortales reconocidas de la violencia machista en 2023 (hay cuatro más que reúnen todos los elementos de los feminicidios de género aunque oficialmente aún están «bajo investigación») suponen entre seis y diez casos más que en 2022, cuando hubo 49 asesinatos machistas oficiales. La misma cifra que en 2021 y que en 2020.

También en la C. Valenciana, una de las autonomías con Vox en el Gobierno en alianza con el Partido Popular, se cumple ese cambio de tendencia alcista que revierte el descenso continuado de asesinatos machistas -salvo altibajos puntuales- desde la aprobación de la ley integral contra la violencia de género en 2004.

Así, las seis mujeres asesinadas en territorio valenciano en 2023, suponen doblar la cifra de 2022, cuando hubo tres mujeres víctimas de crímenes machistas (es cierto que hay una cuarta valenciana asesinada por su pareja, pero en Perú, durante un viaje juntos, por lo que el caso no está en las estadísticas oficiales, y que el machismo sumó en 2022 otra víctima mortal más: Jordi, de 11 años, asesinado por su padre en un crimen vicario en Sueca).

Este es el recuerdo de esas seis víctimas. El 26 de marzo caía en Orihuela Anne Marie, 63 años, asesinada por su pareja, de 69 años, sobre el que había habido una actuación por maltrato a su mujer en 2020. El proceso no continuó por falta de denuncia.

Un antiguo policía local de València de 53 años mataba el 9 de julio en Antella (Ribera Alta) a Ilham Najah, 38 años, tras colarse en su casa, a la que ella se había mudado tras romper una relación cuajada de maltrato. La atacó ante el hijo de 12 años de ella.

El 30 de agosto, Raquel Lorente Pardo, de 58 años, moría en Alzira tras recibir tres tiros de su pareja, un policía nacional jubilado de 71 años (escolta de un vicepresidente del Gobierno del PP).

La cuarta víctima mortal llegaría el 15 de septiembre, de nuevo en Orihuela. Suzan Ann, de 76 años, fue asesinada con un cuchillo de cocina por su pareja, un hombre noruego de 82 años.

El mismo día, era encontrada muerta a cuchilladas Nicoleta Lupo, una enfermera de Castelló de 54 años. El crimen había sido cometido dos días antes por su pareja, de 52 años, que se suicidó a continuación.

La sexta víctima ha sido Fátima Mansouri, de 34 años, degollada el 29 de noviembre por su exmarido ante la hija mayor de ambos, de 13 años, que sigue hospitalizada tras resultar herida muy grave al saltar por la ventana para que su padre no la matara a ella también. El asesino, en prisión, se coló en la casa y usó a su hija como cebo para que acudiera la madre al domicilio.

Cinco de los seis crímenes se produjeron con Vox ya en el Consell y en las Corts. En este tiempo, los ultraderechistas han logrado dividir las protestas institucionales, primero, apartándose de las pancartas durante los minutos de silencio, y después, con el concurso del PP, eliminar de la cartelería de repulsa oficial el término «violencia machista o de género», permutándolo por un generalista «violencia sobre las mujeres», que lo único que recoge es el género de la víctima, pero no la motivación real del autor a la hora de segar la vida de ella.