La séptima edición de Eat my Soul, el festival de la Semana de Música Negra de Alicante, ofrece esta noche, a las 21 horas, el concierto de Anaut y Priscilla Band en Las Cigarreras. Llama la atención la presencia de los segundos, una formación que se abre paso a través de la música funk desde un origen con poca tradición en este sonido: Bilbao. «Aquí no hay predisposición por lo retro, es más propio de ciudades grandes como Madrid, Barcelona o Zaragoza. En Euskadi han tenido prioridad sonidos como el punk o el metal. Nuestra propuesta es natural, ajena a las grandes producciones. Este estilo no se conoce del todo, para nosotros es una cruzada personal. Queremos que la gente se anime a bailar, algo que no hace el vasco medio», reflexiona el teclista de Priscilla Band, Joseba Negro.
Otra de las peculiaridades del conjunto vasco es su numeroso grupo de integrantes, formado por hasta nueve músicos. «Esto nos trae dolores de cabeza. No somos profesionales, cada uno tiene su manera de ganarse el pan fuera de la banda, por lo que no es fácil organizarnos ni mover a tanta gente. Las listas de correos son interminables. Llevamos muchos años con el grupo y queremos que materialice en un buen producto. Lo importante es que somos un equipo, muy colegas. Todo lo negativo que puede surgir se compensa con la ilusión que tenemos. Estaría bien que este año se animen festivales y ayuntamientos a incluirnos en sus programaciones. Tenemos mucha fe puesta en el funk», explica el teclista de Priscilla Band.
La formación lleva desde 2010 engrasando su maquinaría. Su primer LP fue Olor a Fonk. A aquel trabajo le ha seguido Xalala Kale, álbum que presentan en el escenario. «Con este disco hemos conseguido un sonido homogéneo. Somos una banda destinada al directo, con un ritmo contagioso. Contamos con los grandes de la música negra como referentes. Nuestro sueño es cada vez más firme. Hemos empezado a consolidarnos en Bilbao y ahora queremos propagarnos fuera», concluye Joseba Negro.
