La rehabilitación de la capilla del Convent de la Mare de Déu de l'Orito ha permitido que la fachada del Teatret, la antigua iglesia del convento de los Franciscanos, recupere la imagen que tenía hace un siglo. Su fachada está siendo pintada desde hace unos días de un tono teja anaranjado, después de que una investigación haya sacado a la luz que era el color que este emblemático inmueble tenía hace 100 años. Tanto las catas arqueológicas como la documentación gráfica existente han permitido llegar a esa conclusión, aunque no se ha podido establecer si ese color era el predominante anteriormente en una instalación que se levantó en el siglo XVIII.

Además, en la fachada también se ha reabierto una gran ventana en la parte superior del Teatret que fue tapiada cuando se convirtió en cine, recuperando así su arquitectura original. Las obras que se están llevando a cabo y que se centran en la capilla están ya en su recta final y está previsto que en las próximas semanas, tras finalizar los trabajos y limpiar el inmueble, se inicie el traslado del Archivo Histórico y Municipal, ubicado ahora de forma provisional en el Teatret.

Precisamente las obras de rehabilitación de la capilla han incluido recuperar la conexión interna entre ambos inmuebles que existía originariamente, por lo que se ha abierto un acceso que comunica ambas dependencias, lo que también permite compartir diversos servicios como los aseos y la accesibilidad para discapacitados. Del mismo modo se ha restaurado la fachada de la capilla, recuperando el reloj de sol, la cruz y otros ornamentos que estaban muy deteriorados, según destacó la portavoz del equipo de gobierno, Isabel López.

Esta obra ha arrastrado más de siete años de trámites y retrasos y la reforma de este emblemático inmueble va a permitir albergar una de las joyas de Xixona, su Archivo Histórico y Municipal.

La capilla acogió en su día el desaparecido Museo Octavi Vicent y lleva más de una década sin uso. Se encontraba en un avanzado estado de deterioro y con esta actuación se ha recuperado la capilla, que junto a la iglesia anexa que ya fue rehabilitada -El Teatret- es lo único que queda del convento de los Franciscanos, instalado en Xixona en 1590.

El presupuesto supera los 625.000 euros y el proyecto ha sido muy complejo, ya que se trata de un inmueble muy antiguo, edificado entre 1758 y 1762 bajo los influjos del neoclasicismo y que es único en la provincia, puesto que no existe otro ejemplo de capilla construida como una iglesia independiente adosada al templo principal.