Ignacio Rada llegó a Alicante hace siete años procedente de Venezuela. Allí trabajaba en una multinacional de televisión por cable y cuando llegó a Sant Joan abrió un locutorio. Nada que ver, aunque no le ha ido mal y por eso ahora ha decidido probar suerte con una tienda de telefonía móvil.

"Abrir un negocio en este momento es un riesgo que hay que valorar bien. Hace más de un año nos dimos cuenta en el locutorio que la gente preguntaba si reparábamos teléfonos. Empezamos entonces a hacerlo", recuerda Ignacio.

Ignacio sabe que invertir es muy arriesgado y por ello han comenzado en un local pequeño. Él mismo se ha ocupado de pintarlo y montar todo el mobiliario.

"El gasto ha sido de 8.000 euros. Nos hemos ahorrado todo lo que hemos podido. Un negocio es una inversión continua, sólo de alquiler pagamos 580 euros al mes y el local tiene 22 metros", explica Rada entre las cajas que todavía tiene repartidas por la tienda.

"Estamos en buen sitio, por la Rambla pasa mucha gente todos los días. Este movimiento es muy bueno para un negocio como el nuestro", cuenta Ignacio.