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El polígono Canastell mantiene cerradas más de un centenar de sus 365 naves

Sólo un 2% de las más de 2.000 personas que trabajan en el área utiliza el transporte público debido a las malas conexiones

Detalle de una fachada en otra de las calles del polígono. pilar cortés

Más de un centenar de las 365 empresas del polígono industrial Canastell permanecen inactivas frente a las 257 abiertas. El dato se recoge en el Plan de Transporte del Polígono Canastell encargado por la Asociación Empresarial de Polígonos Industriales (AEPI) de San Vicente cuyos datos corresponden a 2012 y que siguen en gran parte vigentes ya que en este periodo no se han producido más aperturas que cierres.

El polígono más importante de la localidad ocupa 848.951 m2 y dispone de 330 parcelas. Dentro de este perímetro «se ubican alrededor de 365 empresas, de las cuales 257 se encontraban abiertas y 108 cerradas en el momento del estudio, lo que supone un porcentaje de empresas activas del 70,41%». En ellas trabajaban cerca de 2.400 empleados.

En Canastell predominan las firmas «dedicadas al sector secundario y terciario casi en partes iguales» y destacan las mercantiles de sector de química, la construcción, la industria manufacturera, la alimentación, restauración, automoción y también el transporte, según indica el citado documento.

Tras un exhaustivo análisis de la actividad en este espacio y después de realizar una encuesta entre empresarios y trabajadores, los autores del estudio han elaborado un diagnóstico sobre los problemas de movilidad que existen en este espacio industrial y plantean algunas propuestas con el fin de mejorarlos.

Los dos principales accesos al polígono -desde la autovía A-77 y la CV-820- se realizan a través de la carretera de Agost. Los autores del informe alertan de que el segundo vial citado «está levemente desmejorado por tratarse de una carretera comarcal en la que no se ha realizado ningún tipo de actuación en los últimos años y que por el elevado tránsito de vehículos y el paso del tiempo se ha ido deteriorando».

Entre los puntos fuertes de este polígono se destacan la proximidad a Alicante, la buena conexión con la autovía o la facilidad para aparcar. No obstante, esta zona industrial plantea otras debilidades como la «escasa priorización de aspectos de integración en el paisaje y la calidad ambiental mediante la ubicación estratégica de zonas verdes en el interior del polígono y de los volúmenes construidos». En todo caso, cabe destacar desde que se acabó el estudio se ha abierto del parque Norte, colindante con el polígono.

Otras carencias son el «mal estado general del viario en la zona sur» debido a que son de propiedad privada o el «estacionamiento ilegal para acciones de carga y descarga de vehículos pesados, así como por particulares» por falta de espacios adecuados. En el lado positivo, por contra, «el 40% de los empleados tiene posibilidad de aparcar en su propia empresa».

Cerca de la mitad de los trabajadores del polígono -el 46,01%- residen en San Vicente del Raspeig, mientras que un 23,80% vive en Alicante. El 30,1% restante procede de otros municipios, «algunos tan distantes como Torrevieja o Almoradí, lo que provoca que la media de distancia recorrida por cada trabajador en un desplazamiento sea de 25,38 kilómetros.

Problemas de transporte

El tiempo medio empleado para llegar es de 17 minutos, pero quienes utilizan el transporte público «pueden llegar a tardar 100 minutos en desplazarse» hasta su punto de trabajo. No es de extrañar, por tanto, que el medio más utilizado para acudir al trabajo sea el vehículo con un solo ocupante. Son el 87,30% del total.

«Los modos de transporte colectivo no tienen apenas representación (2,03%) debido a que no existe en el polígono una oferta adaptada a las necesidades de los trabajadores», indica el informe, en el que se recuerda que las líneas 45 y 45B de autobús urbano circulan por el polígono 5 veces al día. Pero sus horarios «no se adaptan a los de los trabajadores y por tanto no son útiles para ellos».

«Para solventar el problema del transporte público, uno de los pilares de la movilidad sostenible, se hace imprescindible una actuación sobre él con el fin de favorecer su uso adaptándolos horarios y las frecuencias de paso a los horarios» de los empleados, agrega el documento.

Otros aspectos a mejorar son la falta de adaptación para las personas con movilidad reducida, la estrechez de las rotondas en la carretera de Agost para los vehículos pesados, el deterioro de las aceras o la falta de seguridad para los peatones por el estacionamiento de los camiones sobre las aceras.

En materia de infraestructuras también se ha detectado la necesidad de aceras en varios viales o la «escasa y confusa información al usuario sobre ubicación de empresas, nombres de calles». Y en el ámbito socioeconómica se alerta sobre la carencia de servicios a disposición del trabajador como oficinas bancarias o guardería, algo que se intentó solventar con la construcción del centro Polifuncional, aunque ambos servicios no se han llegado a poner en marcha a causa de la crisis.

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