«Estamos hartos de soportar cada dos por tres este infierno». En esos términos hablaron ayer los vecinos afectados por los malos olores que desprende la planta de tratamiento de residuos 'Les Canyades', en la localidad de El Campello. La tarde del pasado martes tuvo lugar un nuevo episodio de aromas fétidos, «insufrible» para los residentes, quienes han denunciando la situación y no dudan en señalar al Ayuntamiento por ser «tan permisivo» con la empresa. En este caso, el problema fue de tal consideración que los propios testigos aseguraron a este medio que no se podía aliviar ni con las ventanas cerradas. Además, una de las vecinas tuvo que acudir a urgencias por problemas ocasionados por los malos olores.
Esta situación no se produce por primera vez y ya está agotando la paciencia de los vecinos. La Asociación de Afectados por el Vertedero de Les Canyades expone que «la gente no podía respirar», y que todo se debe a un incumplimiento por parte de la empresa de la autorización ambiental estipulada. Por ello, desde el colectivo instan al Ayuntamiento de El Campello a que tome medidas «sancionadoras» hacia la mercantil FCC por ser, a su juicio, la causante de esta problemática que afecta a centenares de personas. Además, advierten de que, tras lo ocurrido el pasado martes, la empresa está obligada a elaborar un informe para explicar por qué se originan tales olores y verificar que durante las jornadas de trabajo no existen fugas que terminan ocasionando los desagradables olores para los mismos residentes. «Estamos desamparados, llevamos más de 10 años con este problema y está llegando a un punto que se hace insoportable, incluso tenemos que acudir al médico para que nos pongan tratamiento», afirmaba Nieves Rodríguez, presidenta de la Asociación de Afectados por el Vertedero de Les Canyades.
El colectivo vecinal recibió este jueves el apoyo por parte de los grupos políticos. La formación de Esquerra Unida presentó ayer un escrito por registro municipal al Consorci Mare para reclamar que se diese traslado de lo ocurrido a la empresa, al tiempo que ha solicitado la elaboración de un informe de químicos debido al «gran daño causado en la salud de muchos de los vecinos que viven en los alrededores».
Por su parte, el concejal de Medio Ambiente Julio Oca (Cs), ha señalado que nada más conocer el problema acudieron a comprobar la existencia de estos malos olores. Ante la situación,el equipo de gobierno ha pedido explicaciones a la empresa y ha solicitado un informe sobre lo ocurrido. Desde el Ayuntamiento se ha mostrado comprensión por el malestar de los vecinos.
Un estudio que avala las quejas de los residentes
El año pasado, este periódico se hizo eco de la existencia de un estudio que certificaba que en los últimos siete años apenas se han reducido los olores que desprende la planta de tratamiento de residuos. El documento, que recogía las mediciones sobre los malos olores realizadas en el verano de 2017, los comparaba con las efectuadas por esta misma empresa. La conclusión era que «la frecuencia y la intensidad de la contaminación odorífera provocada por planta de tratamiento de residuos no han variado porque se mantienen al mismo nivel de años anteriores, superando ampliamente el límite permitido en la autorización ambiental»
