Las empresas funerarias de Alcoy llevan doce años esperando la construcción de un crematorio público, con el fin de atender un servicio cada vez más demandado, que debe ofrecerse en otras poblaciones de la provincia. Los intentos efectuados desde 1996 no han cuajado, a pesar de que los servicios técnicos municipales están trabajando desde hace años en la preparación de las bases de un proyecto para licitar la concesión de un crematorio público que se ubicaría en el cementerio.

Desde 1996, según ha sabido este diario de fuentes del sector, las funerarias locales están luchando por conseguir la instalación de un crematorio en Alcoy, un servicio cada vez más demandado por los ciudadanos y que en estos momentos las empresas están obligadas a concertar en otras poblaciones de la provincia.

Las gestiones desarrolladas, tanto ante el anterior gobierno socialista como ante el actual del PP, han sido baldías, toda vez que no se ha conseguido la instalación de un horno para restos humanos. Con el fin de facilitar la operación, una compañía adquirió terrenos anexos al cementerio de Cantagallet, con la intención de cederlos al Ayuntamiento para que se pudiese instalar el crematorio; esta mercantil, según las informaciones recabadas, no descartaba que el servicio fuese concursado y explotado mediante un uso conjunto.

Esta operación no resultó del agrado de los responsables municipales y no llegó a cuajar. Sin embargo, el actual gobierno del PP decidió reservar suelo para un crematorio en la parcela de 10.000 metros cuadrados que ha servido para la ampliación del camposanto. Meses antes de que esta nueva fase de Cantagallet fuese inaugurada, en octubre de 2006, el entonces concejal de Obras y Servicios y hoy secretario autonómico de Cultura, Rafa Miró, anticipaba el crematorio para finales del citado ejercicio.

El propósito no se cumplió, pero a lo largo de 2007 los servicios técnicos iniciaron, según instrucciones del nuevo concejal responsable, Mario Santacreu, los trabajos necesarios para licitar un servicio público de crematorio, que se enclavaría en el punto indicado. Las últimas noticias apuntaban a que los trabajos previos estaban "en su recta final", si bien el cambio de concejal delegado -ahora es Javier Castañer- ha dejado en suspenso las previsiones.

El sector, no obstante, confía en que este proyecto se materialice cuanto antes, con el objeto de poder prestar un servicio en Alcoy, que actualmente genera demoras como consecuencia de los traslados a otras poblaciones.