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La nueva Entenza genera división

Los vecinos discrepan sobre las bondades del vial acabado de reurbanizar para dotar de mayor protagonismo a los peatones

La calle Entenza ha cambiado por completo su estética tras las obras de reurbanización. juani ruz

La nueva calle Entenza de Alcoy, cuyas obras se encuentran en la recta final, provoca división de opiniones en vecinos y comerciantes. Mientras unos ven con buenos ojos que se hayan ampliado las aceras para dotar de mayor protagonismo a los peatones, otros, en cambio, siguen lamentando que se hayan suprimido los aparcamientos. Versiones para todos los gustos respecto a una de las actuaciones más importantes, si no la que más, acometidas esta legislatura por el Ayuntamiento.

Fue el pasado mes de abril cuando arrancaban las obras de reurbanización de Entenza, la principal calle de la ciudad junto a la Alameda. El objetivo del proyecto, valorado en 1,5 millones de euros, pasaba fundamentalmente por dotar de mayor protagonismo a los peatones, en un vial que hasta hace bien poco ha hecho las funciones de travesía.

Dos carriles para la circulación, aceras más anchas y, el punto más polémico, la eliminación de los aparcamientos, son los tres ejes principales en los que se ha basado la actuación y que son perfectamente visibles en estos momentos, una vez se reabrió el tráfico en toda la calle a principios del presente mes de enero. También se han instalado farolas y arbolado.

En la actualidad los operarios trabajan en las últimas cuestiones, como la implantación de mobiliario urbano, cámaras para controlar la velocidad y regular los semáforos, wifi, fibra óptica y alumbrado nocturno regulable en intensidad. Todo con el objetivo de generar una calle inteligente, en la que no faltan detalles como la insonoridad asfática y aceras absorbentes de CO2.

Transcurridos los meses más complicados, con las lógicas molestias por las obras y los cortes de tráfico, vecinos y comerciantes ya se hacen una idea de cómo va a ser a partir de ahora su nueva calle, y lejos de haber consenso, las opiniones recabadas por este diario son de lo más variopintas.

Así, Miriam Molina, propietaria de una tienda, elogiaba el resultado de las obras, manifestando que «las aceras son más anchas, lo que facilita el paso de los peatones, y a pesar de ello los coches y camiones pueden descargar. Cuando entre en funcionamiento el nuevo alumbrado, los árboles crezcan y se instalen los bancos, el conjunto todavía mejorará más».

María Dolores Ruiz, vecina de la calle, tiene una versión bastante discrepante. «Lo peor es que han quitado los aparcamientos en una zona en la que es difícil estacionar. El resultado es que los coches no paran de subirse a las aceras. Además, han puesto un montón de señales de tráfico que lo único que hacen es confundir».

Paco Rico, comerciante, también se lamenta de la supresión de las plazas para aparcar, «lo que hace que algunos clientes se vayan sin entrar a comprar. El suelo, por otro lado, ya está sucio porque es de un material muy poroso. Además, confío en que pongan pronto las papeleras, porque en la actualidad tenemos un problema de suciedad».

Ángela Gisbert, otra vecina, reparte elogios y críticas. «Creo que la calle ha quedado bastante bien, aunque me da la impresión que al haber ampliado tanto las aceras, la calzada se ha quedado demasiado estrecha, hasta el punto que los coches tienen problemas para circular si se encuentran con un camión en el otro carril».

Daños colaterales por el desvío del tráfico en Pintor Cabrera

Las obras de reurbanización de Entenza han provocado daños colaterales en la calle Pintor Cabrera, utilizada para desviar el tráfico. La mayor presión por parte de los vehículos y, sobre todo, el paso de camiones, han provocado baches y desperfectos en el firme, motivo por el que el Ayuntamiento tendrá que intervenir en su reparación.

Lo que ha lamentado el grupo municipal de Guanyar es que esta actuación no sea prioritaria para el gobierno local. Según ha señalado la concejal Vicky Llàcer, «se nos ha comunicado que todavía no saben cuándo van a actuar, lo que evidencia la forma de trabajar de este gobierno, que se caracteriza por la falta de previsión».

El coste ascenderá a unos 100.000 euros, que de momento, añade Llàcer, «no están presupuestados».

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