Los psicólogos que han atendido a las víctimas del triple apuñalamiento que se produjo el domingo 21 de marzo en Alcoy descartan que el agresor (marido y padre de las víctimas), que se quitó la vida tras este incidente, estuviese movido por una actitud machista, sino que sufrió un brote psicótico. Esta hipótesis era la barajada por la Policía tras recabar datos de allegados a las víctimas, tal como adelantó este diario.
Según ha explicado a EFE la portavoz de Psicólogos sin Fronteras Alicante, Teresa Marín, el padre no tenía ningún antecedente por malos tratos, consumo de drogas o alcoholemia, y «toda su familia y allegados coinciden en que era un excelente padre y un buen compañero de trabajo».
«Era una persona perfectamente integrada (había venido a España con su familia desde Uruguay), que trabajó diez años conduciendo ambulancias de pacientes oncológicos pediátricos», explica Marín, que justifica el ataque en un «brote psicótico probablemente agravado por el trauma del confinamiento, que pudo generar en él un miedo absurdo, pero obsesivo, por las posibles consecuencias de la pandemia para su familia». Estos especialistas han averiguado igualmente que la pareja no se encontraban en proceso de separación.
El niño de 6 años fue atendido en el Hospital General de Alicante, pero ya se encuentra con su madre en el Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy. La niña de 12 años sigue ingresada en la UCI del Hospital de Alicante, y evoluciona favorablemente de sus heridas. «Hemos intentado asistir también a esta menor vía telefónica, pero no ha sido posible porque no había medios suficientes», lamenta Marín.
