La peatonalización del centro de Alcoy está impulsando el comercio con nuevas aperturas en la zona. Propietarios explican que han optado por ubicar sus negocios en el casco antiguo tras observar que «la gente pasea, para a mirar y compra». De hecho, algunos se han trasladado del Ensanche, como es el caso de una tienda de ropa interior y otra de artículos de regalos personalizados.
«Sin duda, el centro de Alcoy está en auge» desde que se cerro al tráfico. Así de claro lo tiene María José Francés, la propietaria de Guaita, un establecimiento de ropa interior que abrió hace trece años en el Ensanche y desde septiembre está en el casco antiguo. «La peatonalización tiene detalles que deben cambiarse, pero es lo mejor que han podido hacer para el comercio», ya que «la gente viene paseando, mira los escaparates, entra a preguntar y muchas veces acaba en una venta», insiste esta comerciante.
Justo en frente de este negocio están a punto de abrir una sucursal bancaria en uno de los locales más grandes y difícil de alquilar de la calle San Lorenzo, donde apenas quedan bajos libres para nuevos comercios. Dicha vía es una de las principales arterias del barrio y en los últimos meses se ha convertido en una zona muy transitada, sobre todo los sábados por la tarde.
En uno de los locales más pequeños de San Lorenzo también hay una nueva tienda de ropa y complementos, La Tendeta Xicoteta, cuya propietaria, Ana Valverde, asegura que «el centro se está renovando y me gustaría formar parte de ese cambio». Desde su punto de vista, la peatonalización «favorece al comercio local», que «tenemos que luchar contra las grandes cadenas para sobrevivir».
Esta propietaria asegura estar «encantada», al igual que Jorge Martínez, de De Tot Cor, una tienda de artículos de regalo personalizados que estaba en plena avenida de la Alameda de Camilo Sesto y se ha trasladado a la calle Santo Tomás por el mismo motivo: «el centro está resurgiendo». Además, «hoy por hoy los alquileres son más económicos en el centro que en otras zonas», algo que también ha influido a la hora de animarse a cambiar, apunta.
Camilo Sandoval y su socio tienen dos establecimientos hosteleros en el centro y ahora han abierto un comercio de productos a granel y ecológicos, Dulcito Eco’co, para «diversificar» y porque creen firmemente en el casco antiguo.
La concejal de Comercio, Vanessa Moltó, explica que desde la peatonalización, hace menos de un año, han abierto ocho comercios en la zona y sólo ha cerrado uno. La edil se congratula de que los comerciantes apuesten por el barrio y de que poco a poco contribuyan a su revitalización, así como insiste en que «la apertura de nuevos negocios nos da la razón», ya que «siempre hemos defendido que la peatonalización fomentaría el paso de gente y, por tanto, beneficiaría al comercio». Otro apunte que hace Moltó es que «también se ha demostrado que los locales tienen muchas posibilidades».
Los comerciantes también aplauden que el Ayuntamiento, en colaboración con las asociación del sector, «nos permita regalar descuentos para el parking y viajes de autobús a nuestros clientes», ya que de este modo «hay gente que viene únicamente a comprar».
Contrasta el auge del comercio en el centro de la ciudad en detrimento de otras zonas comerciales, como la calle Entenza o la avenida de la Alameda de Camilo Sesto, donde en los últimos tiempos han cerrado numerosos negocios. María José Francés, en este sentido, insiste en que «yo he tenido la tienda en la calle Góngora -que conecta las citadas vías- trece años y allí la gente pasa mayoritariamente en coche», lo cual supone un inconveniente para conseguir clientes. Sin embargo, «aquí, en el casco antiguo, la gente pasa andando y se para».
