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Agres retoma la Plantà del Pi tras el parón por la pandemia

Los 11 chicos y chicas que cumplen 18 años en 2022 o lo hicieron en 2021 cumplen con la tradición de traer el árbol de la sierra y dejarlo en la plaza, para quemarlo por la noche - La fiesta tiene un origen religioso pero con los años ha ido evolucionando hacia una exaltación de la juventud

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Agres retoma la Plantà del Pi tras el parón por la pandemia

Agres ha retomado la celebración de la Plantà del Pi tras el obligado parón del año pasado a causa de la pandemia de coronavirus. Los jóvenes de 18 años de esta localidad encaramada en la sierra de Mariola han vuelto a cumplir este lunes con la tradición de salir a buscar el árbol a la montaña, traerlo hasta la plaza y clavarlo en el suelo. Una jornada de fiesta que culmina con la quema del pino por la noche, y que era muy esperada no solo por sus protagonistas sino en general por todos los vecinos, que han llenado el centro neurálgico de la pequeña villa para vivir de cerca esta conmemoración.

Este año han sido en total 11 chicos y chicas los que han tomado la parte más activa en la fiesta, los que cumplen 18 años este 2022 y los que lo hicieron en 2021 y no pudieron tener su propia Plantà del Pi. Alba, Maite, Nacho, Elena... entre otros, explicaban a este periódico, poco después de que el árbol quedara fijado en la plaza, que "es precioso poder volver a hacer después de dos años" este acto, y destacaban que, por encima de cualquier otra sensación, "la germanor [hermandad] entre todos es lo que mejor resume la fiesta". Todos vivían con gran euforia el momento, hasta el punto de que algunos de ellos, al igual que algunos mayores, estaban ya casi totalmente afónicos.

Agres retoma la Plantà del Pi tras el parón por la pandemia

Agres retoma la Plantà del Pi tras el parón por la pandemia

La concejal de Fiestas, María García, coincide en que la Plantà del Pi es una muestra de "la unión del pueblo", porque "hacen falta muchos para levantar el pino" del suelo y, "al final, se sube entre todos". Añade que, tras la interrupción obligada el año pasado, "ha sido muy emocionante ver subir el tractor" con el árbol, "a todos nos ha salido la lagrimita". No obstante, más aún para los chicos y chicas protagonistas, ya que se trata de "una fiesta muy esperada" y, de alguna forma, este es su momento.

La Plantà del Pi de Agres tiene un origen religioso, a partir de las vigilias que se realizaban por estas fechas ante el Santísimo Sacramento del altar de la iglesia, situada en la misma plaza, una costumbre iniciada en la Archidiócesis de Valencia a finales del siglo XVII y extendida progresivamente por todo su territorio. Se hacían 40 horas de vigilia y, dado el frío de las noches de febrero en Agres, se comenzaron a encender grandes hogueras, lo que con el paso del tiempo derivó en la quema de un pino de una manera más solemne. Ya a mediados del siglo XX, se tomó por costumbre que los encargados de traer el árbol desde la sierra y clavarlo en el centro de la plaza fueron los jóvenes que iban a ser llamados a filas ese año.

La desaparición del servicio militar obligatorio, así como la evolución de la sociedad en materia de igualdad, han llevado a que, en las últimas décadas, sean los chicos y chicas de 18 años de la localidad los que, al final de cada mes de febrero, sigan cumpliendo con esta tradición. Así, en cierta manera la Plantà del Pi se ha convertido en una fiesta de exaltación de la juventud, que cobra aún más importancia en una localidad con poca población y bastante envejecida como es Agres.

Este martes, la fiesta continúa para los más pequeños. Niños y niñas saldrán a repoblar de árboles el entorno de la localidad, y también traerán a la plaza su propio pino, que se quemará por la noche. De esta forma también se va sembrando la continuidad de la fiesta. Las cenizas de este árbol y del que arde este lunes son las que utilizará la parroquia en la celebración del Miércoles de Ceniza.

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