Cerca de cuarenta personas han sido detenidas o investigadas este año por el Equipo Roca (robos en el campo) de la Guardia Civil de Ibi por su relación con el robo de metales en las comarcas de l'Alcoià y el Vinalopó. Entre las 11 personas arrestadas se encontraban tres exempleados de sendas empresas de Banyeres de Mariola y Pinoso, las cuales fueron acusadas de causar un perjuicio de 25.000 euros. Asimismo, en abril fue apresado un trabajador de una empresa de Aspe por robar bronce por valor de 40.000 euros.

En el caso de Banyeres, el Equipo especializado contra Robos en el Campo (ROCA) de la Guardia Civil de Ibi detuvo el pasado 28 de julio a un joven de 29 años por robar gran cantidad de cable de cobre y causar un perjuicio de 10.000 euros a una empresa de electricidad donde estivo trabajando.

El propietario puso una denuncia tras sufrir varios robos consecutivos y los agentes averiguaron que se trataba de un antiguo empleado que usaba presuntamente una copia de las llaves para entrar cuando no había nadie trabajando. Sustraía grandes cantidades de cableado y le extraía el cobre para venderlo en chatarrerías. El exempleado fue imputado por un delito continuado de robo con fuerza y tras ser puesto a disposición judicial Alcoy quedó en libertad con cargos.

Por otro lado, la Guardia Civil detuvo el 30 de junio a un joven de 27 años y a una joven de 29 por robar herramientas, motores y cable de cobre en una empresa de procesado de mármol de Pinoso donde habían estado trabajando. Los ladrones también entraban a la empresa al disponer de una copia de las llaves y además de los efectos robados repostaba sus coches con combustible de la empresa, que cifra el perjuicio en 15.000 euros. Los dos apresados pasaron a disposición judicial en Novelda y se decretó la libertad con cargos para ambos.

Además de estos tres exempleados, en abril se procedió a la detención de otro hombre, de 40 años, por un delito continuado de apropiación indebida de casi una tonelada de bronce en una empresa de Aspe donde trabajaba. El metal robado, valorado en 40.000 euros, era empleado por la empresa para la fabricación y venta de material de fontanería y fue sustraído poco a poco a lo largo de ocho meses. El bronce era vendido luego en diferentes chatarrerías y camuflaba las transacciones como supuestas ventas de la propia empresa para la que trabajaba, evitando así levantar sospechas. Este detenido también quedó en libertad con cargos.

La Guardia Civil afirma que los metales no preciosos (el cobre, el aluminio, el acero, el hierro, entre otros) son una mercancía atractiva para los ladrones ya que se encuentran en muy diversos lugares de una forma accesible para los delincuentes sin tener que sortear, en muchos casos, demasiadas medidas de seguridad. Sin embargo, son grandes las cantidades de metal que se necesitan para hacerse con un mínimo montante, así que los delincuentes realizan significativos destrozos a los perjudicados en este tipo de robo. Por ello, las empresas sufren importantes pérdidas con los robos cometidos por esta tipología de delincuentes, que después venden el metal como chatarra.

La Guardia Civil realiza una ardua labor que pretende la prevención de estos delitos, con la escrupulosa vigilancia de los lugares que se pueden convertir en objetivo de estos robos, con inspecciones frecuentes y periódicas en los establecimientos en los que se comercializan objetos que entre sus componentes poseen estos metales, y con la identificación de vehículos y personas en las inmediaciones de los lugares descritos, entre otras medidas. Para lograr esta prevención, se realizan contactos periódicos con los colectivos vinculados a la compra, fabricación y venta de objetos que contienen estos metales. En el caso de que llegue a producirse el delito, la Guardia civil dice que es importante denunciarlo lo antes posible, aportando la mayor cantidad de detalles posibles, que permita a los agentes capturar a los delincuentes.