La berrea se acorta en la provincia por el clima

La población de ciervos desciende un 80% con respecto a los últimos 10 años, mientras que las hembras un 25% al considerarse "menos trofeo"

ADHIF advierte de que este año apenas hay ejemplares varón adultos y apelan a una caza responsable

Un ciervo en La Carrasqueta, en imagen de archivo.

Un ciervo en La Carrasqueta, en imagen de archivo. / J.ALBORS

La berrea se ha dejado de escuchar antes de tiempo este año en las montañas del interior de la provincia. La Asociación Defensora de Herbívoros contra Incendios Forestales (ADHIF) explica que este hecho obedece principalmente a dos factores: el clima inusual de este otoño y la caza de machos en esta época.

La época de celo de los ciervos, comúnmente conocida como berra, consiste en la emisión de sonidos guturales y luchas rituales entre machos para impresionar a las hembras. Este ritual de apareamiento congrega a decenas de aficionados en la sierra de la Carrasqueta y los montes de Alcoy, Castalla, Onil, Sax y Biar.

El fenómeno de la berrea comienza a mitad de septiembre y finaliza pasado un mes, a mediados de octubre. No obstante, desde ADHIF lamentan que este año solo ha durado dos semanas a causa de las altas temperaturas y la sequía. "El ciervo es rumiante necesita estar cerca de las fuentes de agua. Los machos a veces mueren después de la berrea por el agotamiento físico", explica Pedro Martínez, miembro fundador de ADHIF y ex cazador.

A su vez, otro factor que aseguran los ecologistas ha afectado a la duración del periodo de berrea ha sido la caza de machos. Desde ADHIF denuncian que las especies se puedan cazar cuando están en época de celo: "Es un crimen matarlos cuando coincide la fecha con la berrea. El ciervo no huye del ser humano. El jabalí cuando está en celo es más peligroso, el ciervo no hay constancia de que haya atacado a gente", indica Martínez.

Dos ciervos luchando en época de berrea en La Carrasqueta, en imagen de archivo.

Dos ciervos luchando en época de berrea en La Carrasqueta, en imagen de archivo. / J.ALBORS

Carlos Sapena, miembro también de ADHIF denuncia que la caza de estos ejemplares en esta fecha es "algo terrible e inhumano". La asociación alerta de que la población de ciervos macho ha descendido un 80% en la provincia con respecto a los 10 últimos años, mientras que la de hembra lo ha hecho en un 25%. Indican que además de la caza y el clima adverso estos animales se enfrentan a los accidentes de tráfico, los incendios forestales, la presión cinegética y el furtivismo. Todos estos factores estarían haciendo peligrar la proliferación de la especie en los montes del interior de la provincia. "Nos encontramos en una situación muy complicada para la biodiversidad de nuestros montes", revela Sapena.

ADHIF señala que la Conselleria no realiza censos de herbívoros en la Comunidad, algo que indican es "una lástima". La propia asociación lleva a cabo un censo estimado a través de cámaras de fototrampeo -en el monte público y fincas privadas con permiso-. En 2022 estimaban que había unos 40 ciervos macho en la provincia, este año quedarían unos 30. Sapena critica que "cada vez se alarga más la temporada de caza por daños en la agricultura, algo que no se demuestran en muchas ocasiones. La Conselleria no pide fotos de los daños, los cazadores que también son agricultores llaman a la Conselleria y piden más precintos de caza" y añade que "es terrible porque no sabemos oficialmente cuantos animales hay, entregan precintos en temporada y fuera de ella. La triste realidad es que en la Comunidad se puede cazar todo el año sin demostrar los daños. El cambio climático no se puede controlar, pero la caza sí".

La asociación reclama posponer el periodo de caza al menos un mes, para que arranque en octubre, una vez ya ha pasado la época de celo y se haya asegurado, al menos en parte, el futuro de la especie.

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