La historia de Alcoy cobra vida durante sus fiestas de Moros y Cristianos

Del 20 al 22 de abril la localidad recibe las fiestas en honor a su patrón, San Jorge: un evento muy arraigado en su cultura y tradición

Las fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy fueron declaradas de Interés Turístico Internacional en el año 1980.

Las fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy fueron declaradas de Interés Turístico Internacional en el año 1980. / Juani Ruz

Noelia Vázquez Lozano

Noelia Vázquez Lozano

Conocida como la «ciudad de los puentes», Alcoy se convierte cada año en el escenario de un espectáculo único y vibrante: las fiestas de Moros y Cristianos. Esta festividad, declarada de Interés Turístico Internacional en el año 1980, tiene lugar entre los días 20 y 22 de abril

Se trata de un evento muy arraigado en la cultura y tradición de la capital de la comarca de l’Alcoià. No son meros desfiles, son representaciones vivientes de la historia, teniendo su propia narrativa cada filà y cada traje. Las fachadas de las casas más históricas se adornan con banderas, mientras que el aire resuena con el estruendo de tambores y el clamor de las multitudes.

Desde la perspectiva más histórica, estos días se conmemoran las sublevaciones de los musulmanes que habitaban la zona y que dieron origen al patronazgo de San Jorge, al que la tradición atribuye su intervención en defensa de los nuevos pobladores. De esta forma, la estructura de la Fiesta -lo que se conoce como Trilogía Festera-, se divide en tres días: el primero, el de las Entradas; el segundo, dedicado a San Jorge; y el tercer día, el del Alardo. En total, 28 filaes componen esta gran celebración. Durante estos días la ciudad se llena de visitantes de todas partes que quieren sumergirse en esta experiencia única. Desde turistas curiosos hasta antropólogos interesados en la riqueza cultural, todos encuentran algo que los cautiva en estas celebraciones. 

Durante estos días, la ciudad se llena de visitantes de todas partes que quieren sumergirse en esta experiencia única.

Durante estos días, la ciudad se llena de visitantes de todas partes que quieren sumergirse en esta experiencia única. / Juani Ruz

Día de las Entradas

Sábado, 20 de abril. La Plaça d’Espanya está a rebosar de gente expectante, los festeros luciendo los trajes con los que llevan soñando todo el año y un nudo en el estómago: comienzan los días más bonitos de Alcoy. 

Una escuadra de cada filà recorre las calles al son de pasodobles. La mañana avanza y la gente se prepara para disfrutar de la Entrada Cristiana, un espectáculo que rememora la entrada de los ejércitos de la cruz en la ciudad, dispuestos a defenderla del ataque sarraceno. 

Tras una parada para comer comienza la Entrada Mora, una combinación de imaginación y sensualidad que traslada a todo los espectadores a un ambiente oriental con bailarinas, guerreros africanos y animales. 

Día de San Jorge

Domingo, 21 de abril. En este segundo día, dedicado al Patrón San Jorge, se lleva a cabo una segunda diana con especial participación de la niñez festera

Alcoy se convierte cada año en el escenario de un espectáculo único y vibrante.

Alcoy se convierte cada año en el escenario de un espectáculo único y vibrante. / Juani Ruz

A las 11 horas, el bando moro abre la Procesión de la Reliquia. En ella se traslada la reliquia de Sant Jordiet al templo de Santa María. Uno de los momentos más destacados de dicha procesión es cuando Sant Jordiet pasa por la calle San Lorenzo, y lo hace sobre una alfombra de claveles, en lo que se ha convertido ya es una tradición.

Al caer la tarde, sobre las 19:30h, la Reliquia y la imagen ecuestre de Sant Jordi vuelven a su templo, en la conocida Procesión General.

El día concluye con la Retreta, un informal desfile donde festers recorren algunas de las zonas más emblemáticas de la ciudad en carrozas al son de melodías tradicionales. 

Día del Alardo

Lunes, 22 de abril. En el último día, se suceden la lucha a través de las Embajadas y la lucha con el arcabuz tronador, sumergiendo a la ciudad en una nube de pólvora y estallidos. Moros y Cristianos se turnan en la toma y reconquista del castillo, mientras Alcoy se va llenando con el humo de la pólvora. 

Al caer la tarde, en las almenas del Castillo, aparecerá Sant Jordiet, a lomos de su blanco caballo, recreando el milagro que el pueblo de Alcoy rememora desde hace ya cientos de años.