El consejo de administración del Puerto de Alicante aceptó ayer la renuncia a su concesión de Terminal Marítima de Alicante (TCA), mercantil que gestionaba desde hace 15 años el tráfico de contenedores en el muelle 11 (instalación que llegó a mover 160.000 unidades al año), pero a la que la crisis económica le ha puesto al borde de la bancarrota, al estar en suspensión de pagos uno de los socios.

El presidente del Puerto, Miguel Campoy, anunció, por su parte, que como medida provisional, en un intento de mantener puestos de trabajo y el movimiento actual de barcos, se concederá una autorización provisional de 3 años a la empresa Palacio Servicios Portuarios que se hace cargo de la deuda y de la plantilla. Al frente de la misma están Perfecto Palacio López, hijo del veterano empresario Perfecto Palacio, y Manuel Castaño Ripoll, quien en su día tuvo acciones en TCA a través de la naviera Herrera.

La medida evita, además, la paralización de la actividad en un muelle que corría el riesgo de acabar en el Juzgado, según explicó Miguel Campoy. TCA, propiedad de las navieras Contenemar, Herrera y Marítima del Mediterráneo, no ha podido competir con Terminal Marítima del Sureste (TMS), la sociedad que se quedó con la concesión de la segunda terminal del Puerto en la zona ampliada de poniente, y que ha terminado por absorber el escaso tráfico de contenedores que hoy se mueven en Alicante.

La autorización a la familia Palacio -Perfecto Palacio padre es el propietario de la Marina Deportiv- de la explotación durante los tres próximos años del muelle 11 supone el regreso del veterano empresario a la gestión industrial después de haber vendido sus negocios en el Puerto de Valencia a ACS, aunque sea Palacio López el que esté al frente de la empresa que releva a TCA.

Campoy aseguró que la intención es que en el muelle sigan moviéndose contenedores y todo tipo de carga, aunque no negó que el futuro aboca a que en el Puerto sólo haya una terminal, la que explota TMS frente a San Gabriel. Fuentes conocedoras de la operación apuntaron, no obstante, que la intención de los nuevos gestores, y el compromiso al que han llegado con Campoy, sería el cierre ordenado en la vieja terminal para poder así ir trasladando la actividad a poniente. TCA da empleo directo a ocho personas, pero en la terminal se mueven 400 camiones semanales y hay trabajo para 3.000 jornales al año de estibadores.

Terminal Marítima del Sureste (TMS) comenzó su andadura con el Grupo Boluda como principal accionista. Sin embargo, Boluda recibió en septiembre de 2010 la autorización del consejo de administración para la venta de la mayor parte de sus acciones en TMS a la mercantil Pachira S. L, sociedad del grupo OHL, propiedad del empresario madrileño Villar Mir, que controla el 90% de TMS.

Por otro lado, el presidente de la Cámara de Comercio, el empresario turronero José Enrique Garrigós, tomó ayer oficialmente posesión de su puesto como consejero relevando a Antonio Fernández Valenzuela.