Uno de los conserjes del instituto Jorge Juan que fue detenido por la Policía en mayo de 2009 acusado de vender sustancias estupefacientes a estudiantes fue exculpado dos meses después por el juzgado de Instrucción número 8 de Alicante y medio año más tarde el auto de sobreseimiento provisional ya es firme y exonera a Francisco C.T. del delito que se le imputaba, según la documentación judicial facilitada ahora a este diario por su abogado, Bernardino Crespo. El conserje alegó desde el principio que era inocente y no se dedicaba a traficar con estupefacientes. Fernando C.T. dijo que la droga intervenida en su domicilio, situado dentro del instituto, era para autoconsumo. Tanto el juez instructor como el fiscal han considerado esta posibilidad ante la falta de otras pruebas que demuestren la acusación policial.

Tras el auto de sobreseimiento provisional del caso, el Cuerpo Nacional de Policía accedió a finales del pasado a cancelar los antecedentes policiales que tenía por un delito contra la salud pública y otro de quebrantamiento de condena.

El juez Jesús Gómez-Angulo solicitó al fiscal que informara sobre el archivo de las diligencias dada la escasa entidad de la droga intervenida en el domicilio del imputado, "compatible con el autoconsumo, la endeblez de los elementos incriminatorios que constan en el atestado policial y la contundencia de las declaraciones testificales en descargo" del conserje.

En el informe del fiscal donde se solicita al juzgado el archivo de la causa se indica que las diligencias se abrieron en abril de 2009 a raíz de un atestado policial por las sospechas de que uno de los conserjes del instituto Jorge Juan se estaba dedicando a la venta al menudeo de drogas tóxicas a estudiantes. Durante la vigilancia policial, señala el fiscal, los funcionarios pudieron observar un gran trasiego de jóvenes que visitaban al conserje en su domicilio y cuando se le acercaba alguno "se ocultaban unos instantes detrás de una columna, presumiblemente para entregarle una pequeña cantidad de hachís".

Sin embargo, dos jóvenes a los que la Policía intervino sendos trozos de hachís tras entrevistarse con el conserje aseguraron en el juzgado que no se la habían comprado al imputado. Por ello, el fiscal pidió el archivo, dado que la pequeña cantidad de droga que se intervino en casa del conserje podría estar destinada a su autoconsumo y que no se acreditó la perpetración del delito con la vigilancia policial establecida.