"Las grúas han arrinconado a los antiguos pescadores pero no sus almas y cuatro calles hermosas y resistentes sobreviven en un extremo del Raval (...) Al caminar por su espacio diminuto es posible sentirse transportado a un tiempo de redes trenzadas, barcas en el Cocó y olor a mar". De este modo describe en el libro de fiestas el escritor Mariano Sánchez Soler el ambiente que se respira en el Raval Roig, barrio que inicia esta noche sus fiestas en honor a la Virgen del Socorro, consideradas entre las más antiguas de Alicante ya que fueron fundadas mediado el siglo XIX y están declaradas tradicionales. "Son ya 170 años de fiestas en este barrio de origen marinero que no sólo ha sabido transmitir y conservar, sino también reflejar, en esta entrañable celebración", dijo ayer la edil de Fiestas, Marta García-Romeu durante la presentación del programa. Así se pone de manifiesto en actos de los que disfrutarán vecinos y visitantes en los próximos días como la cucaña de mar en la playa del Postiguet.

Un rito que se mantiene cada año como prólogo a las fiestas desde que se recuperó en los años noventa es la entrega de "pan quemao" a instituciones y firmas colaboradores por parte de la Mayordomía del Raval Roig, cargo que este año recae en la peña El Amargor. Un grupo de festeros acudió ayer en pasacalles hasta el Ayuntamiento para regalar a la alcaldesa, Sonia Castedo, y a otros concejales de la Corporación los primeros postres elaborados para las fiestas de este año en un acto amenizado por la colla de dolçainers i tabaleters de Sant Antoni.

La alcaldesa, la edil de Fiestas y miembros de la oposición probaron el "pan quemao", un bollo que se asemeja a una toña o a un suizo grande que "antiguamente los vecinos del barrio, muchos de ellos familias pobres, llevaban a la gente pudiente que vivía sobre todo en El Socós (frente a la playa del Postiguet). Eran médicos o autoridades que solían darles a cambio una gratificación que servía para organizar la fiesta", recordaron ayer Miguel Ángel Company y Elodia Mas, integrantes de la Mayordomía del Raval Roig. En lugar de lotería o cartillas, los vecinos ofrecían estos dulces aunque al ser un barrio de pescadores muchos también regalaban parte de sus capturas para obtener más fondos.

Actualmente el "pan quemao" es un regalo a colaboradores e instituciones, aunque tiene reminiscencias del pasado ya que su entrega a los representantes municipales es una forma de agradecer los 6.000 euros con que el Ayuntamiento subvenciona estas fiestas.

Los panes que ayer probaron la primera edil y los concejales se elaboran en el horno de Maite Company, la única panadería del barrio que mantiene esta receta natural que ha pasado de generación en generación desde que en 1949 el abuelo de Maite, actual propietaria, puso el negocio en funcionamiento. "Se hace con limón rallado, leche, huevos, masa madre y aceite, todo natural y sin polvos de ninguna clase. Después de dos, tres o más horas de fermentación se le pone el azúcar, se mete en el horno, y a esperar a que se ponga bien dorado", relató ayer la panadera. Aunque el horno elabora este dulce durante los fines de semana de todo el año, es para las fiestas cuando aumenta su producción hasta alcanzar las cincuenta unidades al día.

La tradición del "pan quemao" se perdió pero se recuperó hace unos años después de que Óscar Llopis, que ha presidido la Mayordomía, buceara en el Archivo Municipal para su rescate.

Al margen de los actos previstos, la peña que organiza este año los actos invita a los alicantinos a visitar la exposición que se inaugurará esta noche a las 21 horas en la sede de la Sociedad Cultural y Deportiva Marina en la que se podrán ver fotografías sobre los hermanos Boronat, vecinos del Raval que han transmitido de padres a hijos su afición por la dolçaina. En la iniciativa colabora la colla de Dimonis La Ceba.

Pregón, concurso de calles adornadas, "poalà" y procesión

El presidente de la Autoridad Portuaria, Miguel Campoy, leerá esta noche (21.30 horas) el pregón que abrirá oficialmente las fiestas de este año, tras el cual se disparará una traca luminosa en la calle Virgen del Socorro, y se abrirá el racó popular del barrio con invitación de olleta y cocas alicantinas. Mañana domingo a las 10 horas "almorsaret" en el racó popular y una hora después pasacalles por la colla de dolçainers Sant Antoni. A mediodía nanos i gegants, y visita del jurado a las calles adornadas, que serán San Cayetano, un tramo de Virgen del Socorro, Virgen de Lluch y Madrid. Seguidamente el jurado fallará los premios, que oscilan entre los 100 y los 300 euros. A las 13.30 concurso de paellas, para el que hay premios también económicos, entre 30 y 100 euros. A las 17 horas juegos populares por todo el barrio, incluyendo la cucaña de tierra. El lunes destaca la cucaña de mar en la playa del Postiguet a las 13 horas, y a las 14 concurso de tortillas en el racó popular con premios en metálico de 50 euros para "la más sabrosa" o "la más gruesa". A las 18 horas comenzará la "poalà", la guerra de agua entre los vecinos, uno de los actos más antiguos de la provincia de sus características y de los más esperados, para el que se empleará, según explicó la Mayordomía, agua no potable. El martes llegará el concurso de calderos y ya por la noche pasacalles y concurso de disfraces con la charanga "Lo que haga falta", que culminará con reparto de premios de entre 30 a 120 euros para los mejores trajes y más imaginativos. Los actos culminarán el miércoles con las celebraciones religiosas. A las 11 horas comenzará la Ofrenda, a las 12 la misa y a las 19.30 procesión por el barrio con la Virgen del Socorro y la Virgen del Lluch.