La popular plaza de Navarro Rodrigo, en el barrio de Benalúa, ha recuperado la vida que tenía hace un año, cuando arrancaron las obras para remodelarla. Los trabajos deberían haber terminado en abril pero los problemas con el pavimento anterior y la ampliación del presupuesto para llevarlos a cabo han retrasado su apertura. Desde el pasado fin de semana los vecinos disfrutan de este espacio público, más diáfano y renovado que el anterior. Los usuarios destacan los nuevos juegos infantiles, el mayor número de bancos o la reforma del templete, pero consideran que con la reforma se ha perdido sombra. Y es que, algunos de los árboles del centro de la plaza se trasladaron a otras zonas de la ciudad en la primera fase de las obras, como explican desde la Concejalía de Atención Urbana, quienes inciden en que el proyecto se consensuó con los vecinos del barrio.

La plaza es un punto de encuentro de los vecinos de Benalúa en la que a diario coinciden desde gente mayor, a grupos de jóvenes o niños jugando. Se trata de un espacio muy concurrido, por lo que las interminables obras despertaron las críticas de los vecinos para exigir su finalización. Como se recordará, los trabajos fueron adjudicados por 259.500 euros y arrancaron en noviembre del año pasado. A los pocos días se paralizaron al aparecer en el subsuelo un pavimento de unas obras anteriores, lo que obligó a modificar el proyecto. Un mes después las obras se reanudaron hasta completar una fase de la renovación de la plaza en junio, la de la parte sur y las aceras. Sin embargo, quedaba una parte sin acabar y otra sin haberse iniciado. El edil de Atención Urbana, Andrés Llorens, explicó entonces que al iniciar las obras se detectaron "importantes vicios ocultos" en el pavimento "renovado en el periodo" del ex alcalde socialista Ángel Luna que provocaron un fuerte incremento del presupuesto y obligaron a completar la plaza con una segunda fase. El procedimiento para adjudicar esta segunda parte de los trabajos -para la que se aprobó otra partida de 231.710 euros- mantuvo paralizados las obras un par de meses. El concejal prometió que los trabajos concluirían definitivamente en octubre y así ha sido, pues desde el domingo 31 la plaza se encuentra abierta a los vecinos.

Unas sombras que, por fin, han dejado paso a la luz. "Lo importante es que los vecinos ya pueden utilizar la plaza", destaca Llorens, quien sostiene que no es momento de polémicas sino de que "Benalúa disfrute de su plaza y nosotros de haber hecho bien el trabajo".

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Vecinos El Templete, Ana Baeza, asegura que "estamos contentos de que las obras, por fin, hayan terminado". Ante el resultado, afirma sentirse "satisfecha" y espera que "poco a poco la gente se haga con la nueva plaza". A su entender, el espacio actual "es más moderno y anteriormente era más romántico". "Lo importante es que tenemos la plaza abierta", insiste Baeza, quien apunta que "lo único que se echa de menos es la vegetación".

En ello coinciden muchas de las personas que ayer disfrutaban de este espacio público. "Falta sombra", sostiene María Dolores Belmonte, quien considera que la plaza "es el único lugar de encuentro" para los vecinos. Otros usuarios coincidían en ello, mientras otros, como Conchita Valero, opinan que "el templete está más bonito y los juegos infantiles han mejorado". "Es más amplia y hermosa", dice esta vecina. María Jesús Castell acude allí cada mañana y asevera que "ahora hay más bancos, más flores y es más amplia". A esta usuaria no le molesta "que hayan quitado árboles" y afirma que le gusta más ahora.

No obstante, desde el área de Atención Urbana aseveran que, pese a que se retiraron algunos árboles en la primera fase, la cifra es similar porque se han plantado otros, así como arbustos, flores y demás vegetación.