Las obras de rehabilitación de la estación de Benalúa han sacado a la luz uno de los principales elementos arquitectónicos de este edificio. La retirada del tejado de fibrocemento ha dejado al descubierto la marquesina de cerchas metálicas de fundición, "una auténtica joya de los principios de la arquitectura industrial", explica Óscar Moreda, director de Proyectos de Casa Mediterráneo.

Diseñada por el equipo del célebre ingeniero francés Alexandre Gustave Eiffel y producida en una fundición de Bruselas, la marquesina "será limpiada y conservada", y tendrá un papel protagonista en la futura sede de Casa Mediterráneo. "El techo se cubrirá con una malla de aros de aluminio y una capa de metacrilato". Una lona retrotraíble "permitirá regular la luz". El objetivo, señala Moreda, "es crear una especie de plaza semicerrada para que la gente la disfrute".

La retirada del techo ha permitido a los arquitectos observar los detalles que hacen de esta marquesina una pieza única. "Su construcción data de finales del siglo XIX, en los inicios de la arquitectura industrial".

Por aquel entonces, explica Moreda, "se quería innovar con el uso del hierro en la construcción de los edificios. Pero al mismo tiempo se mantenían elementos clásicos como reflejan los capiteles sobre las columnas que sostienen el techado de la estación o los motivos decorativos en forma de pequeñas flores que se aprecian por todos los rincones del edificio". El doble techo en los extremos "permitía eliminar el vapor de los trenes y ventilar la estancia".

La marquesina será limpiada "a base de arena a propulsión y se le aplicará un tratamiento para evitar que se oxide".

Cinco días de trabajos

La retirada del tejado de fibrocemento ha requerido de un proceso de seguridad "muy complejo y específico, debido a que contenía amianto".

Durante los cinco días que han durado los trabajos, desarrollados por una empresa especializada y que culminaron ayer, "en el interior de la estación sólo ha trabajado el personal imprescindible". El resto de operarios "han estado trabajando en otras obras de la ciudad porque ni siquiera podían estar en el exterior, ya que para manipular este material hay que tener en cuenta incluso las corrientes de aire".

La retirada del amianto se hace con trajes, guantes, gafas y mascarillas especiales. Las piezas que se van quitando "se embalan y se precintan y su destrucción sigue unos protocolos muy específicos".