El empresario Enrique Ortiz envió una cuadrilla de obreros al hijo del exalcalde de Alicante para terminar las obras de un edificio que éste estaba construyendo en la calle Enriqueta Ortega, según desvela el informe policial del caso Brugal. El inmueble constaba de cuatro viviendas y bajos comerciales tenía que estar acabado antes de ese mes. La Policía apunta que esta ayuda podría ser una de las dádivas abonadas por el empresario a cambio de los servicios prestados por las filtraciones del Plan General de Alicante. "Aunque las obras afecten en primera instancia al hijo del exalcalde, en última instancia, Ortiz considera que el legítimo receptor de su ayuda es Díaz Alperi", recalca el informe.

Según el sumario, el 6 de diciembre de 2008, Alperi llamó a Ortiz para preguntarle si tiene albañiles y jefes de obra. El exalcalde le explicó que la obra es de su hijo Otto Luis Díaz, "le falta para terminar nada, pero tiene que terminarla urgentemente, pero la CAM no le da la última certificación. Y los que iban a comprar, como se ha retrasado la terminación, algunos se han echado para atrás. Dos de los que habían comprado o tres. El resultado es que es urgentísimo terminar la vivienda para decir que está terminada dentro del mes de diciembre. Parece que lo que falta es prácticamente nada. Pero yo necesitaría que me mandaras ahí a una cuadrilla, los materiales los tiene". En la conversación, Alperi insistió varias veces a Ortiz en que vaya a la obra y compruebe la situación. Las llamadas motivaron que la Policía se personara en el inmueble para hacer un informe fotográfico de los trabajos. Las dos empresas constructoras del inmueble figuran entre las firmas investigadas por el magistrado Manrique Tejada: VF Sistem Group y Obras Profesionales de Alicante.

El 29 de diciembre Alperi llamó otra vez a Ortiz para recriminarle que la cuadrilla se había marchado de vacaciones hasta el día 7 sin haber terminado. Al parecer, su hijo había llegado a la obra y se había encontrado con que no había nadie trabajando. Alperi reprochó a Ortiz que desconociera estas circunstancias y llegó a echarle en cara su desinterés. Según el sumario, el exalcalde tenía todo hablado con el arquitecto para que firme el fin de obra y para ello sólo necesitaba ver a gente trabajando allí y comprobar que sólo quedan dos días para el final de los trabajos. Cuando Ortiz llama a un empleado para que se reanuden las obras, asegura que "mi único deseo es que Luis se quede contento".