Las muertes por ahogamiento o vinculadas a la estancia en las playas y piscinas de la Comunidad Valenciana se han disparado este año hasta cifras alarmantes. Desde que falleciera un joven en el mes de marzo en Cullera, hasta la última muerte registrada el sábado en una piscina de Elche, han perecido ya 19 personas, cuando quedan todavía dos meses de verano por delante.

El balance del año pasado fue mucho menor puesto que durante toda la temporada estival se registraron 16 muertes, una cifra que se ha superado con creces a fecha de 11 de julio.

Es difícil encontrar una razón única para explicar el aumento. Pero hay algunos indicativos importantes, como las altas temperaturas del mes de mayo que animaron a los bañistas a adentrarse en las aguas del mar que esos días andaban revueltas. Y todo ello en un mes donde la vigilancia costera no es la misma que en julio o agosto.

Además, de las cuatro muertes registradas ese mes (Calp, Elche, Guardamar del Segura y Cullera) tres de ellas fueron de personas de avanzada edad -76, 70 y 65 años-. Los fallecidos se concentraron, básicamente, en los días 21 y 22 de mayo cuando el oleaje era importante en nuestro litoral. El día 21 salvaron la vida cuatro personas en las playas de Orihuela que precisaron de asistencia sanitaria.

Los municipios que concentran el mayor número de siniestros en el mar son Cullera (4), Guardamar del Segura (3) y Burriana (2), mientras el resto se reparte por todas las playas.

El joven de Elche pereció por ahogamiento

La autopsia confirmó ayer que el joven de 23 años de origen chino que fue encontrado la madrugada del sábado flotando en una piscina de la pedanía ilicitana de Valverde falleció por ahogamiento, según apuntaron fuentes cercanas a la investigación. Por ello, todo parece indicar que el suceso fue el producto de una imprudencia por parte del joven. M. J. S.