Sonia Mata esperaba desde las 6.30 de la mañana en la puerta de la Escuela de Adultos Giner de los Ríos, en Alicante. Quería "a toda costa" una plaza para obtener el graduado escolar y poder hacer después algún módulo relacionado con la fotografía, que es a lo que se quiere dedicar. A las 9.30 horas, con el ansiado sobre de matrícula bajo el brazo, salía del centro con una amplia sonrisa: "A los 14 años dejé de estudiar, me puse a trabajar en la noche, en pubs, y ahora, en el paro, vengo a sacarme el graduado porque me hace falta para trabajar".

Como la gran mayoría de quienes cursarán el graduado y, por otra parte, contribuirán a rebajar las abultadas cifras de fracaso escolar en la provincia -el 40% de los estudiantes de Secundaria- si lo superan. Sonia ronda los veinte años y responde al perfil de haber abandonado el sistema educativo en plena bonanza económica para volver ahora a la formación en las aulas, porque en el mundo del trabajo lo primero que les piden es una mínima cualificación.

Marcos Arango ya lo intentó el curso pasado, pero dejó las clases a medias porque le surgió un empleo, en la hostelería, que ya ha perdido. "Esta vez acabo el curso como sea, porque si no, me quedo muy colgado y quiero hacer el grado superior en Diseño y Decoración", aventura. Alejandro Parra reconoce, incluso, ante su padre, que no acabó los estudios "por perro", y que "en esta vida hay que hacer algo. Sin estudios no se puede". Así que acudió todo concienciado a por su plaza de graduado escolar con el propósito de ser, en un futuro próximo, "militar". Nicole, de Colombia, y Maximiliano, de Uruguay, también comparten ese mismo interés por la mínima titulación requerida.

Rezagados y lista de espera

Pero los estudios que se llevan la palma en los centros de adultos de la provincia, para los que ya no quedan ni el residuo de vacantes que salieron ayer para los más rezagados, son los que preparan para el acceso a la Universidad y para estudiar los ciclos de formación profesional superior, seguidos de Inglés e Informática. Los grupos de alumnos por aula ya están también cerrados en estas especialidades y mantienen una lista de espera de, al menos, medio centenar de personas por si se produce alguna renuncia.

Naim es de los que, a última hora de ayer, conseguía una plaza de Inglés "para seguir formándome y reforzar el idioma". Luisa Paula, de Brasil, se ha apuntado a Español para extranjeros, uno de los pocos cursos de los centros de adultos cuya demanda ha descendido ligeramente como consecuencia de la marcha de extranjeros a su país por la crisis, como destaca el director de la EPA Giner de los Ríos, Joan Pérez.

No obstante, en el centro apuntan que, con toda probabilidad, este año ha influido en la demanda la decisión de llevar a cabo por primera vez una preinscripción de matrícula por internet en julio y primeros días de septiembre. "Hemos evitado las colas de otros años, que se han concentrado en un sólo día -por ayer-, pero al mismo tiempo se ha desviado matrícula a otros centros conforme se llenaban estas aulas". Finalmente, tras una mañana entera de matrículas, el total de alumnos que cursará estudios este año se situará en torno a las 2.000 personas.

Rosario García Gómez, de 65 años, y Adelaida Torregrosa, de 45, son de las que se reciclan y se han apuntado en Informática y Gestión Administrativa, respectivamente.