El brote de sarampión que afecta a la ciudad de Alicante está obligando a la Conselleria de Sanidad a redoblar los esfuerzos para tratar de contener los casos de esta enfermedad. Entre las medidas que se han emprendido destaca la de vacunar a todos aquellos niños de entre 6 y 15 meses que aún no estén inoculados y que hayan estado en contacto con algún enfermo de sarampión, según señala el pediatra Antonio Redondo.

Y es que la semana pasada se notificaron 20 nuevos casos de esta enfermedad, todos ellos concentrados en la ciudad de Alicante. Aunque aún no se han alcanzado las cifras que manejan los especialistas para hablar de epidemia (50 casos por cada 100.000 habitantes), el goteo de contagios es incesante. En lo que llevamos de año ya son 49 los casos notificados en el conjunto de la Comunidad Valenciana, 46 de ellos en la ciudad de Alicante. De esta forma, en menos de un mes ya se han superado los 32 casos registrados durante todo año pasado en la provincia. Una situación que se repite en el resto de España, así como en el conjunto de la Unión Europea.

Según apunta el responsable de la cátedra de Vacunología Balmis, José Tuells, el hecho de que casi todos los nuevos casos se concentren en un mismo punto geográfico es "normal", ya que el sarampión es una de las enfermedades que se contagia con mayor facilidad. En este sentido, Tuells cree que en las próximas semanas seguirá aumentando el número de enfermos, ya que el periodo de incubación del sarampión es de dos semanas.

Algunos de los contagios se estarían registrando entre adolescentes que de pequeños fueron vacunados contra la enfermedad. Una circunstancia que los expertos también consideran dentro de la normalidad, ya que no todas las vacunas son efectivas al cien por cien y una bajada en las defensas puede propiciar también que se contraiga la enfermedad.

La vacuna que se está administrando a los más pequeños, según destaca Antonio Redondo, "es sólo una medida de emergencia". Estos menores tendrán que recibir la dosis habitual de la triple vírica -que protege frente al sarampión, la rubéola y las paperas- a los 12 meses, ya que es a partir de esta edad cuando el sistema inmunitario de los niños está más desarrollado.

Ante el aumento en el número de casos, la Conselleria de Sanidad decidió el pasado mes de noviembre adelantar la administración de la primera dosis de la triple vírica de los 15 a los 12 meses, por lo que aún hay niños entre estas franjas de edad que no han sido inoculados. Según fuentes sanitarias consultadas por este periódico, la Conselleria estaría barajando la posibilidad de adelantar la segunda dosis de la triple vírica de los seis años a los dos para tratar de poner freno al sarampión.

El adelanto en la administración de las dosis se suma a otras iniciativas como la de sugerir la vacunación a personas de entre 20 y 45 años que no hayan sido inoculados y no hayan pasado esta enfermedad. También se está haciendo especial hincapié en el personal sanitario para que se vacune contra la enfermedad y para que detecte bolsas de población infantil que no hayan sido vacunados. Y es que, según un estudio de la Cátedra de Vacunología Balmis, un 10% de los padres es reticente a inocular a sus hijos.

"Tuvimos que vacunarnos todos, hasta los abuelos"

La hija de E. Y., de 16 años, comenzó a sentirse mal hace dos semanas con fiebre y dolor de garganta. En el centro de salud no le dieron mayor importancia "y le recetaron un antibiótico". La pasada semana empezó a salirle una erupción por todo el cuerpo "y la piel se le puso muy roja". Fue entonces cuando "nos dijeron en el Hospital General de Alicante que tenía sarampión". Pasado el susto inicial, toda la familia de E. Y. tuvo que acudir al hospital para hacerse un cultivo y vacunarse, incluidos los abuelos, contra el sarampión "aunque tanto yo como mi marido habíamos pasado la enfermedad de pequeños". La Conselleria de Sanidad también se puso en contacto con el instituto en el que estudia la hija de E.Y. en la ciudad de Alicante "para que al día siguiente todos los compañeros de la clase llevasen su cartilla de vacunas".

La hija de E. Y. fue vacunada de pequeña con la triple vírica, "así que no entendía por qué había cogido la enfermedad". Los médicos le explicaron "que no todas las vacunas tienen un cien por cien de efectividad o que tal vez mi hija estaba baja de defensas en el momento de contraerla". También "que esta enfermedad ha repuntado en los últimos años porque hay muchos padres que no vacunan a sus hijos". Una actitud que E. Y. no comprende. "Los médicos se pasan muchos años investigando para mejorar la salud de la gente. Es una tontería que al final alguien no se beneficie de estos avances por un miedo absurdo".