Un parto complicado causó a Abel una importante lesión en el brazo que le impedía, durante sus primeros meses de vida, coger juguetes o abrazar a sus padres. Tras una complicada operación y muchas horas de rehabilitación este niño de 8 meses ya se puede llevar la mano a la boca y doblar el codo.

Él ha sido uno de los 133 pacientes operados por la unidad de lesiones de plexo braquial del Hospital General de Alicante, que acaba de ser nombrada de referencia nacional por el Ministerio de Sanidad. Esto quiere decir que pacientes de toda España acudirán a Alicante para operarse. La mayoría de ellos son niños que sufren la denominada parálisis braquial obstétrica producida durante el parto, fundamentalmente por estiramiento de los nervios del plexo (que van desde el cuello hasta los dedos la mano) al salir del cuerpo de la madre. Una lesión que afecta cada año a cerca de 150 menores en la Comunidad Valenciana y cuyo principal síntoma es la parálisis motora y sensitiva del brazo o de la mano.

Además de Alicante sólo Madrid, Barcelona y Sevilla cuentan con especialistas formados para enfrentarse a una operación muy compleja. "Durante la misma se abre la zona del cuello y se reparan las estructuras nerviosas dañadas mediante injertos o transferencias nerviosas que se obtienen de la zona de la pierna", explica Antonio García, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología y coordinador de la unidad.

Se trata de operaciones largas, 5 o 6 horas, en niños que apenas tienen 3 meses de vida. "Es complejo porque hay que actuar sobre un a red de nervios con muchas bifurcaciones en lo más profundo del cuello. Tienes que tomar muchas decisiones importantes en poco tiempo, lo que te exige mucha experiencia y un dominio de técnicas de microcirugía", explica García.

Después de la operación, al niño se le escayola la cabeza durante tres meses para impedir que la mueva. Después tendrá que pasar un largo periodo de tiempo en rehabilitación. Además de los ejercicios para recuperar la movilidad del brazo, "inyectamos toxina botulínica para mejorar la musculatura dañada", señala Vicente Marimón, médico adjunto del servicio de Rehabilitación del Hospital General de Alicante. Gimnasio, natación... el niño deberá hacer rehabilitación durante toda la etapa de crecimiento. Un sacrificio que tiene su recompensa. "Depende de cada niño y de cada lesión, pero la movilidad suele ser total y no se llega a distinguir entre el brazo sano y el que se ha operado", explica Antonio García.

Abel es la prueba del éxito de estas intervenciones. "Nos sentíamos muy frustrados de ver que no podía hacer las mismas cosas que los otros niños", explica su madre, Paqui Blasco. Ya han pasado cinco meses de la intervención y las cosas ya se ven de otro modo: "ya hace un montón de movimientos y se lleva la mano a la boca, la recuperación está siendo increíble".

La unidad de lesiones de plexo braquial del Hospital General de Alicante fue creada en 2008 gracias al impulso de José María Climent, responsable de la unidad de Rehabilitación y de Simón Campos, jefe del servicio de Traumatología del centro sanitario.