La decisión final de eliminar el puente rojo en la propuesta urbanística que el Ayuntamiento de Alicante someterá en las próximas semanas a un proceso de participación pública ha generado controversia entre la sociedad alicantina. La división se produce entre quienes opinan que desmantelar esta infraestructura inaugurada en 1990 es un error porque, entre otras cuestiones, generará unos costes innecesarios y entre quienes consideran que no tiene valor y que la propuesta planteada por Avant -sociedad que agrupa a las administraciones implicadas en el llegada del AVE- de sustituir esta infraestructura por una rotonda elevada bajo la que discurra el tráfico de la Gran Vía supondrá un alivio para la circulación y para los vecinos.

El ingeniero Florentino Regalado concluye que mantener o no el puente rojo debe depender "de si el puente condiciona o no lo que realmente se vaya a hacer ahí". Para Regalado, no existe "una propuesta seria, bien estudiada, rotunda y financiable que nos guste a los alicantinos y si no está bien definido, todo lo que se opine es irrelevante". En esa línea se pregunta si "existen recursos para realizarlo sin ser a base de plusvalías del suelo" y considera que el debate es infructuoso "cuando no hay dinero". No obsten, añade que en su opinión "el puente rojo no es sagrado", pero incide en que "si no molesta y ayuda a resolver la circulación, ¿por qué hay que quitarlo?".

Para el catedrático de Urbanística de la Universidad de Alicante, José Ramón Navarro Vera, el "paso elevado no tiene valor patrimonial". En un artículo que publicó en este mismo diario analizaba su valor histórico, técnico, urbanístico, estético, de uso y simbólico para concluir que únicamente es significativo su valor simbólico dada su ubicación y su característico color rojo. No obstante, "ese valor por sí mismo no puede justificar su mantenimiento". A este experto no deja de resultarle "chocante" el debate generado cuando "la parte patrimonial más importante, que eran los silos, lamentablemente fueron derribados".

El arquitecto alicantino, Iván Valero, que actualmente expone en el Club INFORMACIÓN la maqueta de su proyecto alternativo "Alicante Central Park", defiende que el parque que se proyecte debe ser continuo y "no puede haber una rotonda que lo corte". En su opinión, si el puente rojo se elimina debe ser para que todo el tráfico esté soterrado. Por ello, aboga por conservarlo y que el parque tenga su continuidad por debajo del mismo, pudiendo utilizar su estructura para construir en la parte inferior edificaciones vinculadas a la zona verde. "Supondría un ahorro, pero hay que mejorarlo", afirma Valero, quien incide en el deteriorado estado de la infraestructura.

Entre los vecinos tampoco hay unanimidad de opiniones. Desde la Plataforma Renfe, Pascual Pérez mostró recientemente la posición del colectivo a favor de desmantelar el puente rojo al considerarlo una obra "innecesaria" que supondría un "tapón" para poder distribuir los viales y conectar la zona con el tramo de avenida que ya hay construido junto al PAU 1 y que enlazaría el sector con Rabasa y la autovía. Desde la asociación de vecinos de la Florida respaldan la tesis porque, según apunta José María Hernández, el puente rojo "es un anacronismo que se quedaría ahí para nada". Hernández sostiene que ya cuando comenzó a construirse en los años 80 los vecinos del barrio se opusieron a su instalación "porque queríamos que el tráfico pasara subterráneo y no un mamotreto a cinco metros de nuestras casas que nos genera ruido y humos". Además el dirigente vecinal argumenta que su finalidad "era cruzar las vías del tren y si ya no están -porque irán soterradas- ya no tiene sentido". De esta forma, estos colectivos vecinales respaldan la propuesta del Ayuntamiento y Avant para construir una rotonda similar a la que existe en la avenida de Dénia a la altura de Jesuitas y que permitirá distribuir el tráfico de la superficie y enlazarlo con un vial de seis carriles -parte del cual ya está construido- sin interferir en el tráfico de la Gran Vía, que pasará por debajo de la rotonda.

Pero no todas las asociaciones vecinales están de acuerdo con el desmantelamiento del puente rojo y la solución que se plantea con la rotonda. El presidente de la asociación de vecinos Movimiento por Benalúa, Juan Bernabeu, mostró su rotundo rechazo al desmantelamiento del puente rojo al considerarlo un hito del entorno y insistió en su petición de retranquear la estación intermodal para que el parque central pueda llegar hasta el centro de la ciudad. Otros colectivos, como el propio Colegio de Arquitectos, aboga por mantenerlo. El vocal de Cultura, Vicente Castillo, argumenta que "es una infraestructura que ya existe y que reúne cualidades que le aportan valor", por lo que considera que "en una situación como la actual" es preferible "mantenerlo en lugar de eliminar una infraestructura, con el coste que conlleva, para levantar otra".

Desde Alicante Vivo, Alfredo Campello considera "una pena" que con veinte años "tenga que ir al desguace". Es por ello que el presidente de la asociación cultural aboga "por mantener la estructura en el mismo sitio o en otro de la ciudad donde sea necesario". Algo que, según confirmó esta semana la concejala de Urbanismo del Ayuntamiento de Alicante, Marta García-Romeu, no se ha planteado por el momento. Para Campello "la solución de una rotonda elevada no va a ser mejor, porque el paso subterráneo de la Gran Vía también generará ruido". Incide, eso sí, en que si no se desmantela debe mejorarse el mantenimiento.

Entre los grupos políticos del Ayuntamiento también hay controversia. El PP ya ha mostrado su intención de desmantelar la infraestructura, algo que respalda el portavoz de UPyD, Fernando Llopis, al considerar que "es un armatoste poco atractivo" y que su eliminación "reducirá los ruidos, la inseguridad que ahora se genera en los bajos y abrirá oportunidades urbanísticas para la ciudad". Esquerra Unida, en el otro extremo, rechaza con contundencia el derribo al entender que "es una obra pública que cumple un papel y costó mucho dinero, por lo que retirarlo supone un despilfarro". El portavoz de esta agrupación, Miguel Ángel Pavón, recuerda que el Gobierno en una respuesta parlamentaria a su grupo descartó hace unos meses demoler el puente rojo, como ahora se plantea, y reivindicó el retranqueo de la estación prevista hasta la Vía Parque.

El PSOE, en un comunicado enviado ayer, fue ambiguo al asegurar que está de acuerdo "con el proyecto consensuado con los vecinos" -el que, según el PP, se ha consensuado contempla su desmantelamiento-. En la nota, el portavoz adjunto de los socialistas, Manuel Marín considera un "engaño" el proyecto al poner en duda que pueda financiarse con plusvalías de las viviendas tras el "pinchazo de la burbuja inmobiliaria".