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Juan Antonio Conesa. Catedrático de Ingeniería Química de la UA

"El peligro tóxico no está en el aire sino en los alimentos"

"El peligro tóxico no está en el aire sino en los alimentos"PILAR CORTÉS

¿En cuestión de contaminantes para la salud, estamos mejor o peor que antes?

En los últimos 20 años ha disminuido el nivel de dioxinas o compuestos orgánicos con cloro que producen efectos letales en las personas, como cáncer. Se presentan en mínimas cantidades en el aire o en el agua puesto que tienen tendencia a combinarse con grasas, como es el caso de productos grasos, carnes, pescados y quesos.

¿Qué es más tóxica, la polución o la alimentación?

La fuente principal de dioxinas, contra lo que pueda parecer, es la alimentación, aunque se produzca en niveles ínfimos. Proviene de lo que comemos de los animales, a quienes les llega a su vez por la ingesta.

Dice que ha disminuido, ¿a qué se debe?

Desde los años 70, en que se empezó a saber que eran peligrosos, se pusieron en marcha mecanismos de control de emisiones y los datos mundiales avalan unos niveles bajísimos. La normativa europea permite ciertos niveles en alimentos, por ejemplo de 3 picogramos por gramo de grasa en productos lácteos. La legislación también incluye a los piensos de los animales.

¿Entonces hoy no hay niveles peligrosos para la salud?

Existen unas recomendaciones de ingesta diaria máxima de compuestos tipo dioxina, y la población general está expuesta a menos del 5% de estos valores.

¿Debemos preocuparnos por el polvo de canteras o puertos?

El movimiento de tierras no está relacionado en ningún caso con las dioxinas. Nuestro equipo trabaja en emisiones de fuentes incineradoras, cementeras, en vehículos diésel y gasolina..., pero la legislación marca muy bien los límites a las industrias.

Ya que cita la combustión ¿es preocupante?

La legislación nos permite estar tranquilos pero es bueno saber a lo que nos exponemos. Si queremos contribuir a que disminuyan los niveles podemos cambiar los diesel por gasolina, porque la emisión de hidrocarburos es diez veces más elevada.

¿Qué se investiga ahora?

Se tiende a rebajar los límites de detección y a analizar muestras mas pequeñas, como gotas de sangre, lo que favorecerá un control del nivel de dioxinas en los recién nacidos y un seguimiento histórico de los niveles en el conjunto de la población.

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