El fuerte oleaje y las corrientes marinas obligaron ayer a los servicios de socorrismo de las playas de Alicante a realizar un total de 27 rescates a bañistas en situación de peligro. Más de la mitad de los rescates se produjeron en la playa de San Juan, donde los socorristas tuvieron que sacar del agua con ayuda de motos acuáticas a 19 personas que, en su mayoría, habían ignorado la bandera roja.

En la playa de Urbanova algunos bañistas tampoco respetaron la bandera roja y fueron siete las personas que tuvieron que ser evacuadas, mientras que en la playa del Postiguet una persona tuvo que ser rescatada cuando ondeaba la bandera amarilla. Ninguno de los casos tuvo mayores consecuencias, aunque en San Juan, en el rescate múltiple que se realizó a última hora a una pareja de turistas extranjeros, fue necesario ayudar con oxígeno a uno de los bañistas hasta que pudo respirar con normalidad.

Miguel Ángel Morales, coordinador del servicio de Socorrismo en las playas del término municipal de Alicante, recuerda que bañarse con bandera roja es un hecho sancionable con cantidades entre 700 euros y 1.500 euros, según la ordenanza municipal de Playas de Alicante.

A unos kilómetros de distancia, los bañistas de la playa de Arenales contemplaron con asombro cómo una vaca era arrastrada por las corrientes hasta la orilla. Eran cerca de las seis y media de la tarde cuando unos bañistas contemplaron una mole flotando en el agua, tras avisar al servicio de socorrismo comprobaron que se trataba de una enorme vaca muerta.

Los miembros de DYA intentaron sacarla del agua con la ayuda de dos motos acuáticas, algo que fue imposible dado el enorme tamaño del animal. Finalmente desistieron y fueron las olas y las corrientes marinas las que arrastraron la vaca hasta la orilla, a unos cien metros del Hotel de Arenales.

El animal apareció con la cabeza cortada y en descomposición, tal y como aseguran los testigos. Sobre las nueve de la noche llegaron a la playa operarios de Urbaser que con una pala cargaron al animal para llevarlo al vertedero municipal, donde, según fuentes municipales, será incinerado.

Las primeras hipótesis de la Policía Local apuntan que pueda tratarse de un animal que murió en un carguero y que fue arrojado al mar por los propietarios del mismo. El hecho de que el animal apareciera con la cabeza cortada pudo deberse al interés por que nadie averigüe su procedencia, puesto que las vacas suelen llevar en la oreja un chip identificador. No es la primera vez que se da un suceso de estas características en las playas ilicitanas.

En abril de 2010 apareció otra vaca muerta en la playa del Carabassí. El animal llevaba varios días fallecido y con la oreja en la que se coloca

Un ahogado en Burriana

Por otro lado, un hombre de 33 años murió ayer ahogado en una playa de la localidad castellonense de Burriana. El fallecido no respondió a la parada cardiopulmonar del SAMU.