Durante sus casi cuatro décadas como monarca, el Rey ha visitado la provincia en innumerables ocasiones, desde su primer viaje oficial

con la Reina en 1976 cuando la recorrió de norte a sur, a inauguraciones, maniobras militares, regatas, actos deportivos como una final de la Copa del Rey o para dar su apoyo a los alicantinos en momentos críticos como la riada de 1997. También el resto de la familia real conoce bien la tierra alicantina.

La primera visita oficial de don Juan Carlos a la provincia fue en 1965, aún como príncipe. Estuvo dos días motivado por su interés por las economía y la industria alicantinas. Pasó por diversas empresas de Alcoy, como Papeleras Reunidas, Manufacturas Carbonell o la Mistera; así como por Alfombras Imperial de Crevillent; Aluminio Ibérico de Alicante; la fábrica de la seda de Orihuela y en Elche se reunió con empresarios.

Durante su estancia almorzó en el hotel de Arenales del Sol, una comida a la que asistió un militar, Alfonso Armada, que después se convertiría en uno de los golpistas del 23F. Unos años después, en 1974, don Juan Carlos, que estaba en Palma de Mallorca, se desplazó a Alicante invitado por el Club de Regatas.

La primera visita ya proclamado Rey, acompañado por la Reina, fue en diciembre de 1976, dentro de una gira por la provincia. El helicóptero que los traía aterrizó en el campo de fútbol de El Collao, en Alcoy, y desde allí se trasladaron hasta el Ayuntamiento. Después fueron caminando hasta el Casal de Sant Jordi, visitaron el Museo de los Moros y Cristianos y el Rey fue obsequiado con un trabuco festero. Además, Petrer por primera y única vez en su historia recibió la visita de unos Reyes de España para inaugurar su Casa Consistorial.

Tras firmar en el libro de oro de la ciudad los monarcas se dirigieron a Elda para inaugurar la fábrica de calzado Kurhapies. En Alicante llegaron a la plaza del Mar, fueron al Ayuntamiento y entraron en la Concatedral de San Nicolás para ofrecer un ramo de flores a la patrona, la Virgen del Remedio. Estuvieron también en Dénia y cerraron la gira en Elche, en el Huerto del Cura, donde dos palmeras fueron bautizadas con los nombres de Juan Carlos y Sofía.

En 1983 toda la familia real vino a la capital alicantina, donde los reyes presidieron la entrega de banderas a dos corbetas de la Armada. Recibieron los nombres de las infantas Elena y Cristina, que fueron las madrinas. Visitaron el Liceo Casino, saludando desde sus balcones a los alicantinos.

La Reina visitó, sola, Elche el 1 de noviembre de 1985, para asistir a una representación extraordinaria del Misteri. Ese día cumplía 47 años, se le cantó el cumpleaños feliz y recibió la palma de San Juan.

En 1988 el príncipe Felipe fue multado por la Policía Local cuando conducía su coche por la avenida Costa Blanca. Por entonces visitaba a menudo Alicante. El año siguiente, 1989, participó en una competición en el Club de Regatas. «Salta a la vista que mi padre es mejor navegante que yo», decía sobre el Rey en una entrevista concedida a INFORMACIÓN. La Reina vino de nuevo en 1991, esta vez para inaugurar la restauración del Teatro Principal de Alicante, del que destacó sus condiciones acústicas.

Tres años después, en 1994, los reyes inauguraron la feria Expocalzado en IFA, y se dirigieron al stand permanente que tenía INFORMACIÓN. Los monarcas estuvieron leyendo el periódico y Doña Sofía comentó lo jóvenes que aparecían en las fotos.

Los reyes volvieron en 1995. En abril presidieron en el Teatro Principal de Alicante la entrega de los premios nacionales de Diseño y visitaron la sede provisional de la OAMI. El 4 de octubre de 1995 el príncipe Felipe recaló en Ibi, donde se reunió con los empresarios de la comarca en el Instituto Tecnológico del Juguete. Los fabricantes le entregaron un retrato en bronce del escultor local Vicente Ferrero, y bromearon con él sobre cuándo se iba a casar y tener hijos para poder regalarle algún juguete. Aprovechó esta estancia para visitar el monasterio de Santa Faz, donde pasó al camarín para orar ante la Sagrada Reliquia. En noviembre de ese año la Reina volvía a la provincia para inaugurar el remozado Teatro Circo de Orihuela.

En 1996 el Rey vino a la base militar de Aitana. Tras aterrizar en el Safari Aitana en helicóptero, se desplazó a la cima, donde observó dos pasadas de aviones Mirage F-1. «Hace fresquete», fueron sus primeras palabras, antes de ser informado de la puesta en marcha de un radar para reforzar la defensa española del Mediterrámeo. En octubre de ese año la Reina Sofía asistía a la inauguración de la remodelación del Gran Teatro de Elche, donde fue obsequiada con la medalla de oro de la Orden de Caballeros de la Dama de Elche.

Los reyes de España quisieron estar cerca de los vecinos de Alicante tras la gota fría que dejó cinco muertos e innumerables destrozos en octubre de 1997. Fue una visita sorpresa y recorrieron las calles del barrio de San Agustín, uno de los más afectados, y acudieron también al Ayuntamiento. «El motivo ha sido el solidarizarnos con vosotros. Esta mañana estábamos en Valencia y hemos querido trasladarnos hasta aquí para expresar nuestra solidaridad con el pueblo de Alicante», fueron las declaraciones de don Juan Carlos. Palabras que recibió el alcalde Luis Díaz Alperi como «un detalle que nos anima para seguir adelante». Alperi recordaba ayer esta visita y resaltó que los reyes estuvieron «muy llanos». De hecho, conversaron con los vecinos y entraron en las casas afectadas. El Rey se preocupó por el hecho de que cada seis o siete años se repitieran las inundaciones en la ciudad y le dijo al alcalde que «esto hay que solucionarlo». Los vecinos agradecieron el gesto de los monarcas y sus palabras de ánimo y les mostraron su cariño en la calle. «Fue un día histórico», señaló ayer el exalcalde.

Al año siguiente fue la infanta Cristina vino a Elche, para disfrutar de una representación del Misteri y mostrar así el apoyo de la Casa Real a la candidatura del drama asuncionista como Patrimonio de la Humanidad que se iba a presentar ese año a la Unesco. Su hermana Elena fue la encargada de inaugurar en febrero de 1999 el Museo del Calzado de Elda, donde fue recibida con vítores. La infanta mostró predilección por las botas de hípica y los zapatos históricos, al tiempo que pudo ver los pares que habían donado los reyes al Museo.

Pocos meses después, en mayo, los Reyes presidieron la jura de bandera de 767 militares profesionales en el cuartel de Rabasa en una ceremonia que congregó a unas 5.000 personas. El monarca dejó ver su emoción durante la jura, por lo que el personal militar que se encontraba junto a la tribuna presidencial destacó que el Rey «se siente como el primer soldado de España».

Más lúdico fue el viaje del Príncipe para inaugurar Terra Mítica en julio de 2000. Acompañado por autoridades y la dirección del parque contempló dos espectáculos y se animó a subir al «Ave Fénix».

Casi un año después volvía a Alicante pero esta vez acompañado de los reyes para celebrar el Día de las Fuerzas Armadas. Unas 30.000 personas siguieron los actos que incluyeron la condecoración a 32 militares y civiles, entre ellos los alcaldes de Barcelona y Toledo, así como una exhibición aérea y naval. La familia real decidió romper el protocolo y paseó un buen tramo de la Explanada saludando a la multitud que se encontraba en la zona. La cultura y los animales centraron la siguiente visita de doña Sofía por tierras alicantinas. La Reina fue la encargada de inaugurar el Museo Arqueológico Provincial (MARQ). Según desvelaron los responsables del museo, mostró «un gran interés por todas las salas y el origen de las piezas». Después, la Reina mostró su cara más divertida en el centro de recuperación de animales de «El Arca» en Benimantell, donde llegó en helicóptero. Doña Sofía no dudó en acariciar a varios ejemplares y bebió agua del manantial.

Don Juan Carlos presidió en 2003 la final de la Copa del Rey entre el Mallorca y el Recreativo de Huelva, que se disputó en el estadio Martínez Valero de Elche. Poco después el Rey volvió a Alicante, a la que calificó de «ciudad bella y dinámica», para celebrar el décimo aniversario de la OAMI. En su discurso destacó la gran contribución de la euroagencia en el desarrollo del mercado interior de la UE. Al acto acudieron también el comisario europeo Joaquín Almunia y el entonces ministro de Industria, José Montilla. El Rey departió después con los eurofuncionarios en seis idiomas.

El primer viaje oficial a Alicante de los Príncipes de Asturias tras contraer matrimonio fue para despedir al buque Galicia, que zarpaba del puerto con ayuda humanitaria hacia Sumatra (Indonesia). Y también en 2005 el Rey visitó al Mando de Operaciones Especiales (MOE) de Rabasa, la élite del Ejército. Doña Sofía volvía a la provincia el 20 de septiembre de 2005 para inaugurar las obras de ampliación del Instituto de Neurociencias de Alicante dirigido por Carlos Belmonte. La presencia de la Reina se interpretó como un espaldarazo a la investigación de este centro mixto de la Universidad Miguel Hernández y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Otro acto de apoyo, esta vez a la industria de la provincia, fue la visita que el 28 de marzo del año siguiente realizaron los Príncipes de Asturias a la fábrica de Chocolates Valor con motivo de su 12 aniversario. Durante su estancia en La Vila asistieron a la Casa-Museo de la Barbera de los Aragonés. Don Felipe y Doña Letizia también estuvieron en una industria zapatera de Elche, se interesaron por el Misteri y conocieron las obras en el Palacio de Altamira para acoger a la Dama.

Una vez trasladado temporalmente el busto íbero a esta localidad, el 18 de mayo de 2006 era la infanta Cristina quien asistía al acto de inauguración del Museo de Arqueología e Historia de Elche. La anécdota de aquella jornada fue el tropezón, seguido por una caída, que sufrió Doña Cristina.

Dos años después, en mayo de 2008, una de las pasiones del Rey, el mar, le atraía hacia Alicante. Como patrón del famoso «Bribón» participó en la Audi MedCup, donde quedó en tercera posición. Durante esa estancia asistía a otro acto más solemne, la entrega de los premios Jaime I de la Investigación y la Ciencia celebrada en el castillo de Santa Bárbara.

Ese mismo año los príncipes realizaban en cambio otra gira relacionada con la economía, que entonces ya se estaba tambaleando. El 6 de noviembre de 2008 don Felipe reivindicaba el aportación que España podría realizar en el ámbito internacional para salir de la crisis durante la entrega del XI Premio Joven Empresario celebrado en las instalaciones de la Ciudad de la Luz con cerca de mil invitados.

De nuevo un acto cultural motivaba la presencia de la Reina en Alicante el 2 de abril de 2009: la inauguración de la exposición «La belleza del cuerpo» en el MARQ, que tenía como pieza central al Discóbolo, cedido junto a otras piezas por el British Museum. Durante dos horas estuvo contemplando la muestra que recorría una parte de la historia de su país natal, Grecia. Además de demostrar un amplio conocimiento sobre materias como la filosofía, actuó como una monarca cercana al saltarse el protocolo para saludar a los alicantinos y recoger el ramo de flores que le dio una mujer.

Tanto le gustó el MARQ, que volvió a visitarlo de forma privada el 13 de octubre de 2011 cuando se trasladó a Alicante con motivo de la inauguración del Auditorio de la Diputación de Alicante. Doña Sofía disfrutó en el ADDA de un concierto de la Orquesta de la Comunidad Valenciana dirigido por su admirado director Zubin Mehta.

Y un mes después, el 5 de noviembre, el príncipe presidía el acto de salida de la flota de la Volvo Ocean Race. Fue un baño de multitudes para el futuro rey, con más de 60.000 personas despidiendo la Vuelta al Mundo a Vela. El 18 de noviembre, presenciaba en Tibi un espectacular ejercicio del Mando de Operaciones Especiales de Rabasa en el que se simuló el rescate de un rehén y la captura de un grupo terrorista. La atracción que ejerce don Felipe pudo comprobarse de nuevo el 17 de junio de 2013, en la estación de Renfe con motivo de la inauguración de la línea del AVE de Alicante a Madrid. Unas 200 personas se agolparon durante horas para ver al heredero de la Corona, si bien el acto se celebró con frialdad por las protestas que se registraron en el exterior del recinto, en el que estuvo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Fue la última visita de un miembro de la Casa Real a la provincia hasta hoy.