¿En qué medida puede la prevención ayudar a vencer el alzhéimer?
En la Fundación Pasqual Maragall hacemos investigación científica en la prevención, porque está demostrado que será más efectivo y rentable intervenir para evitar que las personas acaben enfermando que no curando a las personas que tienen ya el diagnóstico y su deterioro es tan grande que es difícil de revertir. En este sentido, en el tema de la prevención somos optimistas. En este momento estamos muy volcados en la denominada prevención secundaria. Se trata de intervenir para evitar que la enfermedad progrese e incluso pararla a tiempo. Desde un punto de vista biológico se sabe que el alzhéimer comienza 10 ó 20 años antes de la etapa de demencia, que es cuando ya tienes pérdida de memoria y cambios de personalidad. En personas asintomáticas pero que sabemos que biológicamente han acumulado evolución de la enfermedad, administrando medicamentos e interviniendo paramos el proceso.
¿Y a qué síntomas hay que estar atentos antes de esta fase de demencia?
No son detectables. Son unos cambios que nosotros observamos en el líquido cefalorraquídeo o a través de pruebas de neuroimagen, pero la persona está perfectamente normal. Existe otro tipo de prevención, que denominamos primaria. Se trata de no hacer cosas o hacer las que vayan a favor de disminuir el riesgo de tener la enfermedad, independientemente de que a uno le toque o no tenerla. Y es que ya hay pruebas científicas de que todo aquello que decimos que es bueno para el corazón también lo es para la cabeza: dieta razonable, ejercicio físico moderado y relaciones sociales.
Siempre se ha dicho que una elevada actividad intelectual previene esta dolencia, pero todos conocemos casos de gente «culta» con alzhéimer.
Es que esa relación no es cierta. Hay una relación con la educación. Eso es así porque entre otras cosas la gente educada se cuida mejor. Tener una alta actividad intelectual lo que te confiere es que tienes mayores recursos cognitivos y si te pones enfermo tienes más recursos para deteriorarte con menor rapidez. Pero no por hacer más «sudokus» tienes menos probabilidad de tener alzhéimer.
¿Está la sociedad preparada a nivel asistencial para hacer frente al aumento de casos de alzhéimer y demencias en general que se avecina?
Seguimos viviendo cada vez más años y como no hay tratamientos modificadores del curso de la enfermedad, cada vez hay más casos y esto es un problema de sostenibilidad en nuestra sociedad y en todas. Ya me gustaría que estuviéramos mejor preparados, pero parece que es cierto que esto se va a convertir en un problema de sostenibilidad si no buscamos remedios. Lo importante es conseguir que enfermen menos personas y así reducir el volumen.
Hace mucho hincapié en el diagnóstico precoz, ¿qué ocurre una vez que aparecen los primeros síntomas? ¿ya no se puede hacer nada por esta persona?
Al principio hay tratamientos de carácter sintomático que puede mejorar la calidad de vida, pero no modifican el curso de la enfermedad porque no hay medicamentos que la frenen. Salvando las distancias, es como el constipado, que dura lo que dura, y si tienes fiebre tomas analgésicos o gotas para descongestionar la nariz. Puedes tener mayor calidad de vida, pero el resfriado dura igual.
