Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

UNA ASIGNATURA PENDIENTE

El cuento chino de la conciliación laboral

Salvo excepciones, en la provincia no está resuelta la necesidad de conciliar trabajo y familia

El cuento chino de la conciliación laboral

Quien no ha pasado por eso no puede entender el cargo de conciencia que conlleva irte a trabajar y dejar a tu crío de año y medio con fiebre en la guardería, o la angustia de ver cómo se acerca la hora de marcha de la canguro mientras eres incapaz de acabar a tiempo ese informe tan urgente que debes dejar hecho antes de volver a casa. Horarios infernales, permisos escasos, sueldos de risa y la sensación de que la maternidad es un problema ha provocado un descenso de la natalidad y un envejecimiento progresivo de la población. La tan cacareada conciliación entre la familia y el trabajo sigue siendo una quimera que periódicamente sale a la luz como ha ocurrido con la escenificación de los problemas de la conciliación llevada a cabo por la diputada Carolina Bescansa al llevar a su bebé al Congreso.

La conciliación laboral es un problema en todos los países occidentales y, de hecho, el Informe de Evolución de la Familia Europea de 2014 del Instituto de Política Familiar evidenciaba la falta de flexibilidad laboral, una condición básica para posibilitar la conciliación. Poco menos del 30% de los trabajadores europeos dispone de ciertas medidas de flexibilidad, pero en España esta rigidez de horarios afectaba al 88,2% de los trabajadores y trabajadoras. Bajas de maternidad y paternidad cortas, pocas ayudas sociales, y sobre todo, una generalizada falta de valoración hacia la maternidad por parte de muchos empresarios dificultan la conciliación.

En la provincia son pocas las empresas que aplican medidas de conciliación al margen de las que marca la ley y que, según los sindicatos, no siempre se cumplen. Algunas ofrecen la posibilidad de trabajar desde casa con el teletrabajo, servicios de guardería dentro del centro de trabajo, tickets guardería, ampliación del periodo de baja por maternidad o una mayor flexibilidad de horarios, pero en general las medidas son insuficientes y excepcionales.

«Ojalá estuviéramos en la provincia mucho mejor, pero no se concilia», ha señalado a este respecto Yolanda Díaz Serra, secretaria de Igualdad y Política social de UGT de l´Alacantí-la Marina, quien considera que «la mayoría de las mujeres son las encargadas de menores y dependientes y tenemos contratos de media jornada y, con la reforma laboral, quienes tengan media jornada pueden hacer horas extraordinarias si la empresa lo exige, así que es imposible». Yolanda Díaz es rotunda al afirmar que «cuando hablamos de conciliación no se cumple. Antes se bonificaba que se contratara a la mujer que acababa de tener hijos para que las volvieran a llamar y eso se quitó. Luego está el teletrabajo, pero trabajando en casa tampoco es fácil conciliar».

Piruetas

Igualmente, Consuelo Navarro, secretaria general de CC OO en l´Alacantí-Les Marines, ha señalado que «la conciliación laboral y familiar aquí es lo que una estrella en el firmamento, que no está al alcance de las trabajadoras y trabajadores». La sindicalista resalta que «es una cuestión que afecta a los hombre y a las mujeres, aunque somos todavía las mujeres las que hacemos piruetas para desarrollar el trabajo y no abandonar el espacio del cuidado de los demás, porque si lo abandonamos nosotras, no sé quien lo haría». Con respecto a la situación en Alicante, Consuelo Navarro ha manifestado que «en la provincia hay muchas dificultades porque hay un trabajo precario impresionante y hay presiones en las empresas e inestabilidad. Hay medidas en la ley o en los convenios que no se usan por miedo a que te miren mal o incluso a que te despidan».

Aunque en general los jueces son sensibles ante los incumplimientos de la ley de conciliación y se suelen proteger los derechos de las y los trabajadores relativos al cuidado de la familia, en España sigue habiendo poca conciencia de la necesidad de facilitar la maternidad. De hecho, entre las conclusiones del informe sobre La Maternidad y la Paternidad en el Trabajo elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se denuncia «un nivel apreciable de discriminación por razón de maternidad en todos los estados» de la Unión Europea. España no sale bien parada. «En España, Lituania y Rumanía se ha identificado tácticas de presión a trabajadoras embarazadas y madres recientes, como el acoso, para inducirlas a renunciar», se indica en el informe de la OIT de mayo de 2014.

«Una cuestión biológica necesaria se convierte en una cárcel para las mujeres» ha señalado a este respecto Consuelo Navarro, quien asegura que «en la provincia en los convenios colectivos ponen muchas dificultades. Hay grandes empresas que sí cumplen la ley, aunque hay pocas que apliquen medidas novedosas. El tejido productivo de Alicante es la pequeña y mediana empresa y no hay una cultura empresarial moderna. Hacen falta medidas corresponsables con los hombres y mejores servicios públicos educativos, atención a dependientes, guarderías, comedores escolares... y no que ir a trabajar sea una carrera de obstáculos».

Corresponsabilidad

Lo de la corresponsabilidad todavía parece algo lejano. El 96% de las excedencias por el cuidado de hijos los toman las mujeres y han caído un 11,8% las prestaciones de paternidad desde 2011, lo que evidencia que intentar conciliar sigue siendo cosa de mujeres.

Queda en cualquier caso mucho camino por andar para lograr que haya un equilibrio entre el tiempo que se destina al trabajo, a la familia y al ocio, un equilibrio que contribuiría a mejorar el clima laboral en las empresas, a reducir el estrés, optimizar la gestión del tiempo, reducir el absentismo laboral y reducir los costes de desplazamientos entre otras ventajas. Entre tanto, y tal como indicó en este diario el pediatra José María Paricio, «las madres van de carrera de obstáculos en carrera de obstáculos y no concilian, sacrifican».

Compartir el artículo

stats